Cuando el vigía, animador cultural, amigo y camarada, Miguel Guillén, nos avisó del estreno del documental sobre Marcelino Camacho Abad, en el décimo aniversario de su muerte, "LO POSIBLE Y LO NECESARIO", no dudé en reservarme dos horas para visionarlo. Así ha sido. No puedo decir que haya disfrutado. Más bien diría que me ha conmocionado porque ya desde el inicio no se ha mostrado como un personaje-símbolo, sino como una persona llana, accesible, familiar; al menos para los que hemos tenido el privilegio de tener parientes y allegados que se le parecen. No en el sentido épico sino humano, por su sencillez.
LO POSIBLE Y LO NECESARIO
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En casa no teníamos la SINGER sino la WERTHEIM que para el caso también era lo mismo. Coser no era sólo mayordomía; era más, era el sustento y salario mientras el compañero estaba en la cárcel. La máquina de coser ha reavivado muchos recuerdos de mi infancia.
Paso a nivel calle San Antonio de Mataró. Finales años 60 |
Mataró. año 1961. A la altura del actual aparcamiento de la estación de Mataró. El primero sentado por la izquierda |
Juan Pedro Ortiz haciendo maniobras de enganche de vagones |
A partir de ahí me ha costado contenerme, en silencio, como cuando íbamos al cine y en la oscuridad disimulábamos nuestras lágrimas. Porque también mi suegro se fue voluntario al frente, de la quinta del biberón era. De la JSU. Dos años menor que Camacho. También fue ingenuo en creer que los que no tenían delito de sangre podrían reincorporarse a la vida de campesino. No fue así. Fue arrrestado, encarcelado, y vuelta al servicio militar. Al Norte de África. También desertó camino de Argelia, y también unos "moros" lo vendieron cuando tan solo le faltaban pocos meses para licenciarse. Y sí, también tuvo que purgar por aquella acción. Diez años duró aquel periplo hasta que emigró a Francia y se incorporó discretamente al Partido Comunista de España en Saint Etienne.
Más allá del ámbito familiar tengo dos amigos que estuvieron con Marcelino Camacho compartiendo galería carcelaria: Jaume Puig ("Peli"), yerno también de ferroviario, y Pablo Morales, que así nos lo cuenta en sus memorias de próxima aparición. Pablo destaca, en una anécdota entrañable, cómo Marcelino acaparaba la poca prensa disponible y hacía esperar a los demás, tal era su afán de estar informado.
Después de su salida de la cárcel por el proceso 1001 Marcelino recaló en Mataró en enero de 1977
La vitalidad y ese espíritu luchador de Marcelino, en algún momento, puede parecer que la entrada en la cárcel era inocua y alguien podría frivolizar, como si fuera una especie de deporte, de riesgo, eso sí, pero asumible para los curtidos en el combate. Sin embargo, el contrapunto de la abogada laboralista, Maria Luisa Suárez, sirve para presentarnos la brutalidad del régimen con su expresión "toneladas de sufrimiento para los que entraban en la cárcel, para las esposas y criaturas que quedaban sin padre". Es quizá la parte más conmovedora del film.
"Lo posible y lo necesario". ¿A qué nos referimos? ¿Se puede equiparar a conformismo y a inconformismo y justo? Creo que la historia no nos habla de esa manera. ¿Quién sabe, en un momento dado, qué es posible? Los comunistas hemos pecado la más de las veces de subjetivismo. Como la ilusión que los aliados invadirían España y echarían a Franco y había que empujar con la guerrilla en el interior. Fue una derrota. La foto grande (la polarización atlántica contra la URSS, el anticomunismo), pudo más que la defensa de las libertades para Churchill y el gobierno norteamericano. Podríamos matizar de igual manera sobre LO NECESARIO. Marcelino Camacho y su clarividencia supo encontrar los resquicios para encontrar esas vías de lo necesario dentro de lo posible: combinar la actividad ilegal con el amparo legal del sindicalismo vertical. A veces los eslóganes esquemáticos no nos hacen justicia.
A Marcelino, como cabeza de un movimiento sindical innovador en toda Europa y peligroso para la futura restauración borbónica, como se vio más tarde, había que degradarlo intelectualmente. Con esos aires de suficiencia de nuevo rico, por parte de los "media" se le quiso reproducir como una antigualla, igual que sus explicaciones que sonaban trasnochadas por ser poco elaboradas. Y ese es el trasunto del roto interno que hubo durante la secretaría general de Antonio Gutiérrez. Después de 52 reformas laborales del PP y del PSOE, todos hemos asumido que con las cosas de comer no se juega (Juliana dixit), y hemos asumido la pluralidad con todas las consecuencias, así como la autonomía del movimiento sindical de CC.OO. Es lo mejor del documental: la cicatrización de las heridas ante el adversario común y tan multiforme.
Sin embargo, en el momento actual, lo que yo valoro más de Marcelino Camacho es esa inteligencia sencilla y RACIONAL de lo que representa el modo de producción capitalista, que necesita expropiar la tierra que antes era común, el trabajo que antes era libre y no esclavitud a tiempo parcial, y expropiar el dinero a través de los mecanismos oligopólicos.
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