dilluns, 28 de setembre del 2015

EUROPA ANTE SU NIÑO MUERTO, de RAFAEL POCH

Diario de París

Rafael Poch | 4 septiembre, 2015
Es justo que quienes fomentan guerra y miseria con imperialismo y un comercio abusivo y desigual, reciban las consecuencias demográficas de sus acciones.

« Una imagen que ha dado la vuelta al mundo y despierta las conciencias », explica Bernard Henry Levy, sobre la foto del cadáver del niño sirio varado en una playa turca. El “popular diario” Bild animando una campaña de acogida de refugiados con ayuda de igualmente populares futbolistas. La Canciller Merkel apelando a la humanidad y a los valores, y reafirmando su “gran liderazgo europeo” en esta cuestión, nos explican editorialistas de renombre. Tres momentos que confirman que en Europa ya no hay ni lugar para la vergüenza. Es la hora de la gran tomadura de pelo.

La estrella mediática parisina, agitador de todas las intervenciones militares del humanitarismo euroatlántico, no relaciona sus prédicas belicistas con el niño muerto huido de Siria. Tampoco lo hizo con las oleadas balcánicas, afganas, libias o iraquíes. Los Estados cuya destrucción y disolución ayudó a justificar en nombre del interés supremo de la geopolítica y economía occidentales, producen éxodos -y terrorismos- claramente identificables. Cuanta más guerra y desolación se siembra en la regiones en crisis, mayor será el flujo hacia Europa. Es una consideración bien banal pero, ¿quién nos la va a recordar estos días? ¿El “popular diario”, quizás?

Bild es el primer diario xenófobo del continente y el de mayor tirada. Su campaña es genuina: la gran operación de imagen del país del “Nein” y del “Grexit”, cuyo nacionalismo post reunificación -inscrito en los tratados europeos, en las reglas del Banco Central Europeo y hasta en la misma moneda única- ha mandado al traste medio siglo de integración europea y de redención por el desastre nazi. El establishment alemán necesitaba, ciertamente, una campaña de imagen y la crisis de los refugiados se la ha dado.

Alemania recibirá este año 800.000 refugiados, según las infladas cifras del gobierno federal, de momento poco más de 200.000 solicitaron asilo en los primeros siete meses del año. Alemania es el “primer receptor europeo” de refugiados, el ejemplo para una Francia acomplejada bajo la sombra de su Frente Nacional. “La hipocresía francesa y el ejemplo alemán”, titula el portal Mediapart.

¿Quién recordará que en territorio alemán se han cometido algunos de los mayores crímenes xenófobos de la posguerra europea-occidental, incluida la mayor trama terrorista de los últimos veinte años (NSU) con manifiestas complicidades en el aparato de seguridad, que es allí donde las residencias para emigrantes arden con mayor frecuencia y donde los pasillos del metro son más peligrosos para los morenos? Un “ejemplo” que pasa por encima del hecho de que la inmensa mayoría de los “emigrantes” en Alemania son europeos de tradición cristiana. Un paseo comparativo por las calles de Berlín y París ofrece una evidencia visual abrumadora a este respecto. Una ciudad con los colores étnicos de Marsella es completamente impensable en Alemania, donde el número de matrimonios mixtos entre alemanes y turcos (la excepción) es insignificante. La frase atribuida a un ayudante de Nicolas Sarkozy de que en la crisis actual, “los alemanes administran un flujo, mientras que nosotros tenemos que administrar un stock, por lo mucho que hemos acogido en las últimas décadas”, responde a una realidad que los propios franceses ignoran, por más que el racismo y la xenofobia sean problemas verdaderamente paneuropeos.

Ciertamente, todo esto no nos lo recordará la Federación de la Industria Alemana (BDI), con sus fantasmagóricas quejas por la falta de mano de obra. Estos sirios educados y de clase media que gritan “¡Germany, Germany!” en la estación de Budapest y que huyen de una guerra que Europa, y Francia en particular, han fomentado, son la solución: el recurso ideal de una estrategia para mantener la política de salarios bajos que arruinó a los pocos socios europeos aún capaces de producir como Francia. Varios millones de ellos ayudarán a mantener las cotizaciones del geriátrico federal cuyos fondos de pensiones se fundieron en el casino bancario, de la misma forma en que ocurrió en España con los cinco millones de extranjeros que entraron en nuestro “mercado laboral” entre 1998 y 2008 para alimentar la caldera de la burbuja.

800.000 extranjeros son de todas formas muchos. Sobre todo vistos en un titular de prensa. Pero los extranjeros no solo entran en Alemania sino que también se van. Cada año a razón de medio millón. En los últimos diez años 5,4 millones de extranjeros han abandonado Alemania, según la estadística federal. La simple realidad es que las cifras del actual flujo que se están haciendo pasar por críticas, son anecdóticas tanto para Alemania como para un conjunto de 500 millones de habitantes como es la Unión Europea.

Vivimos en un mundo integrado y es justo que quienes fomentan guerra y miseria con imperialismo y un comercio abusivo y desigual, reciban las consecuencias demográficas de sus acciones. Lo mismo ocurrirá, con creces, con los futuros emigrantes del calentamiento global, ese desastre en progresión de factura esencialmente occidental. Las estimaciones que la ONU baraja para el futuro en materia de éxodos ambientales convertirán en un chiste lo de ahora, incluido el trágico balance de muertos en el Mediterráneo.

La experiencia demuestra que las barreras y los alambres de espino no sirven para nada. En 1993 Texas levantó su barrera en la frontera con México y el flujo creció. Un año después lo hicieron California y Arizona. Desde entonces la presencia de emigrantes mexicanos en Estados Unidos se ha triplicado. Las barreras no solo no sirven para impedir la entrada de ilegales, sino que impiden la salida de los que quieren regresar a sus países. Con lo que costó entrar, nadie se arriesga a hacer el camino de regreso. Así que lo mejor sería ir pensando en; una política de paz activa, de resolución diplomática de conflictos, de prohibición de la exportación de armas (negocio del que Alemania es líder europeo y la Unión Europea líder mundial), en un orden economico menos injusto y desigual, en de una manera de vivir menos crematística y más sostenible.

divendres, 25 de setembre del 2015

DONA, EL VOT DE LA TEVA VIDA

M'ha arribat un punt de llum, no sé qui és, però tan fart de la superioritat moral de determinats independentistes, tan fart dels neofranquistes neorecentralitzadors, vull transcriure aquestes reflexions:

http://puntsdellum.blogspot.com.es/2015/09/unes-eleccions-excepcionals-les-lluites.html?q=unes+eleccions+excepcionals


Aquestes eleccions no són com les altres, ens diuen. Així que vull parlar del moment excepcional que vivim, i de què és exactament el que el fa tan excepcional.

Som a l’any 8 de la gran depressió. La crisi més profunda que hem pogut viure cap de nosaltres. Hi ha menys oportunitats de feina remunerada, i de fet hi ha menys oportunitats de tot: de projecte vital, de vida. Els salaris han baixat recordeu quan ser mileurista era un problema? i un 14% de la gent que treballa és pobra.

Ha augmentat la inseguretat: feines temporals, falsos autònoms, feines esporàdiques. I un 20% de la nostra gent viu en situació de pobresa. Una de cada cinc de nosaltres. En el cas dels infants, un de cada quatre. Més de tres-centes mil famílies viuen amb talls de llum i tenim 43 desnonaments cada dia.
A Catalunya es passa fred, gana i foscor, i no tenim garantit ni el pa, ni el sostre.

El que també ha augmentat és la desigualtat, perquè hi ha qui en aquests últims anys no ha deixat de fer-se ric. De tota la UE, només Letònia és un país més desigual que el nostre. I ahir em comentaven el sou d’un directiu de la banca: és 370 vegades el Salari Mínim, 370 vegades el que cobra una amiga meva per netejar cases. En quin món vivim que dirigir un banc es paga 370 vegades el que cobra una dona que neteja?

També augmenta la por. I la violència: Quantes dones portem assassinades a mans de les seves parelles? Una violència que no para, que no para, i que no sembla estar a cap agenda política de primer ordre.

I augmenta la tensió dins les llars. Hi ha molts menys divorcis, menys casaments i menys naixements. Les llars aguanten la respiració, esperen, com poden, que passi tot aquest cúmul de malestar. I quan diem les llars, diem les dones.

Perquè tot allò que no cobreix el sector públic, ho aguanten les espatlles de les dones (a no ser que tinguis molta pasta i t’ho puguis comprar al mercat, que aleshores la feina recau sobre una altra dona). Per exemple: La llei de dependència. Si l’Estat s’enretira de la seva tasca de tenir cura de la gent gran, aquesta feina la fan les dones. Precàriament. Silenciosament.

Així que sobre tot això que estem vivint, hem de parlar de responsabilitats. De la part econòmica, de les causes de la crisi, que totes sabem que era una estafa. Però sobretot de la part política. Les decisions que el govern ha pres per a fer front a la situació.
Doncs bé: Convergència, i el Partit Popular, han pres una decisió. Han triat un camí. Fer front a la crisi retallant i privatitzant, causant dolor a les classes populars: Eliminar serveis públics per a l’enriquiment de les seves empreses amigues.
Amb els diners de totes han decidit salvar la banca. Salvar els seus, les elits, la gent de pasta.
PP i CiU consideren que són els empresaris els que fan rutllar un país. Cal posar els diners de tothom al seu servei, i de pas, cobrar una comissió per fer-ho.
Recordo perfectament quan Artur Mas deia: el nostre és un govern amic dels empresaris. Business friendly. I tant! I enemic de les classes populars! I Rajoy deia l’altre dia: “una cosa es solidaridad y otra es solidaridad a cambio de nada”. Ni tant sols saben què significa la paraula solidaritat.

Nosaltres sabem que són les classes treballadores qui fan rutllar un país. Que cal posar els diners de totes a salvar les persones. Invertir en serveis públics (salut, educació, dependència...), serveis que facin que la gent visqui millor. I contractar gent, pujar salaris, per a que la gent compri a les botigues i faci rutllar l’economia, per a que paguin impostos i tornem a tenir diners per a tornar a invertir en la gent.

Però ells han pres una decisió: Tant el govern de la Generalitat com el de l’Estat han retallat un 20% la despesa social per càpita els últims 5 anys.
Barra lliure per uns pocs; austeritat injusta per la majoria.

Les notícies en van plenes. En temes de salut, per exemple: Han externalitzat tot allò externalitzable i que tenia interès econòmic per als qui fan negoci amb la salut, provocant dobles llistes d’espera, tancament de llits públics i derivacions a la privada. En cinc anys, el Sistema Sanitari Públic de Catalunya ha perdut mil quatre-cents milions d’euros de pressupost.

Mil quatre-cents milions d'euros. Aquesta xifra és tan enorme que no ens diu res. Però significa, per exemple, que han eliminat cinc mil llocs de treball. I significa, per exemple, que han reduït més de dos mil llits d’hospital en tres anys.
I què vol dir dos mil llits menys a l’hospital? Vol dir que persones que necessitaven ser cuidades pel sistema sanitari són enviades a casa abans d’hora. I això vol dir que a la casa on arriben hi ha una dona – perquè gairebé sempre són dones– que haurà de cuidar aquella persona perquè l’hospital no ho pot fer. Perquè està asfixiat. Al límit.
Així, milers de dones veuen com empitjora la seva vida perquè s’han de fer càrrec de tot allò que els serveis públics desatenen.

I parlem de salut però podríem parlar de la Llei de Dependència.
Havíem fet importants passos endavant. El dret a ser cuidat, cuidada en els moments que ho necessites de la teva vida... semblava que es començava a fer un lloc durant els governs progressistes de la passada dècada.
Aquests últims anys hem fet grans passos enrere. En la llei de dependència, les agendes del PP i CIU han estat perfectament sincronitzades: el PP retalla i asfixia la llei i CIU aprofita per canviar el model amb l’objectiu de crear un sistema dual, en el què qui tingui diners es podrà pagar uns serveis i qui no, viurà de la caritat.

Una persona que avui necessiti una residència haurà de disposar de 2.500 euros mensuals, perquè a les públiques hi ha dos anys de llistat d’espera. El Govern català ha incrementat el copagament, i a més aquest no és progressiu (qui té més no és qui paga més, ja que hi ha un topall).

I tornem on érem: qui cuida. Qui, sinó les dones, aguanta dins de cada llar les cures que les famílies no es poden pagar? Qui pateix les retallades, doncs.

Però tot això que us dic, ja ho sabeu. Encara que no ho sapigueu, ja ho sabeu. Perquè les dones tenim l’experiència encarnada. Viva, en pròpia pell.

La meva mare, per exemple. Té 60 anys i treballa. Però tot el temps que no passa treballant el passa a casa. Cuidant de la seva mare, que als 90 anys no pot estar sola ni un sol moment. La meva mare, doncs, fa anys que no viu. Que mal-viu. Perquè a la meva àvia van venir a estudiar-se-la per a dir-li que, efectivament, tenia dret a rebre ajuda per la llei de dependència. Un dret que, oh sorpresa, no s’ha fet efectiu.

I es que una cosa és clara: Quan retallen drets i serveis públics ens condemnen a malviure!

A tot això, anem a l’excusa de totes aquestes retallades: no augmentar el deute. Doncs bé,el deute ha augmentat en cinc anys (govern CiU 2010-2012-2015) més que en els vuit anys de tripartit (2003-2010).

El balanç del seu govern és pèssim: retallades, deute i corrupció. I no estan disposats a que això els passi factura i a tornar a perdre el govern del país, que creuen seu. Recordem la mítica frase de la inefable Marta Ferrusola quan el Tripartit va acabar amb els anys de govern Pujol (pare de la pàtria andorrana, i pare polític d'Artur Mas): “Em sento com si m'haguessin fet fora de casa!”.
És justament aquest el motiu pel que porten anys tensionant l'únic conflicte en què ells queden indemnes: quan l’enemic és exterior.

I arribat aquest punt, torno al principi: En què són excepcionals aquestes eleccions?
Bàsicament, en que el govern que ha gestionat la crisi està intentant no passar comptes amb la seva ciutadania. Les eleccions serveixen per a que la gent avaluï el govern. I aquest cop CiU i Mas es presenten amagats. Covards. Sense mostrar les sigles, sense mostrar el candidat a la presidència. Volen fer Mas president sense que vagi ni a un sol debat. Es presenten sense programa, sense balanç, tot per a que la seva horrorosa gestió no entri a debat.
Ens proposen una amnèsia. I no els ho permetrem.

Dit tot això, us explicaré un secret. Ha passat una altra cosa excepcional: I es quenosaltres som aquí per a donar la batalla. No hem deixat de ser-hi mai. Per molt que no ens hagis vist ni a TV3, ni a TVE, ni a Catalunya Ràdio, ni al Grup Godó. Hi som, i anem a per totes.

La gent d’esquerres, la gent que emergeix de les lluites: les marees blanques, roges, grogues. Les plataformes contra els desnonaments. ICV-EUiA, Podem, Equo. Catalunya Sí Que És Pot. Som aquí. Som una confluència real d’idees d’esquerres, feministes, ecologistes, anticapitalistes. Una confluència real entre gent que està donant la batalla per la justícia social al carrer i a les institucions. Hi hem estat sempre. Sempre hem trepitjat el carrer, mentre altres trepitjaven els nostres drets. Perquè sempre hem tingut clar que els drets d'avui són les lluites d'ahir. I que les lluites d'avui són els drets de demà.
Per això ens presentem a per totes. Farem fora Mas aquest Setembre i farem fora Rajoy aquest desembre. Farem fora les dues cares de la mateixa moneda.
Perquè ens presentem unides. I perquè tenim programa (social, democràtic i nacional). Un programa infinit sobre una sola idea: la de posar la política al servei de les classes populars.
Guanyarem. Invertirem en serveis públics. Revertirem les privatitzacions. Posarem en marxa un rescat social, garantirem l’alimentació bàsica, i els subministraments de llum, aigua, gas. I posarem la cura –de les persones, de la natura– al centre de la vida.

El 27 de Setembre, visca Catalunya feminista!

dimecres, 9 de setembre del 2015

LA VIDA, LA MORT I LA MILITÀNCIA POLÍTICA

Els pocs lectors que segueixen aquest bloc sabran que és eminentment polític, i alguns podrien dir que sectari. Sectari en el sentit de parcial, però no "sectari" en el sentit de tancat i hermètic, que és l'origen etimològic del mot "secta".
Durant els darrers temps he vist morir alguns contemporanis més matiners que jo a la vida. I cada cop seran més, si jo mateix no entro en el bombo de la finitud absoluta. Aquesta circumstància t'obliga (ens obliga), m'obliga a mirar el paisatge: TENIM MÉS PASSAT QUE FUTUR, i el present és incòmode perquè ja no podem competir amb aquell vigor d'abans amb o contra les noves fórmules, noves visions, noves maneres d'organitzar-se i/o de combatre les injustícies, a combatre el sentiment o re-sentiment de que les coses que es fan no són les correctes, però que tampoc tens l'energia per oposar-t'hi, ja sigui per manca de voluntat de poder, en el sentit nietzscheà, o perquè et sents com un Sísif desganat davant de tanta enganyosa novetat efímera, superficial.
Tanmateix són vells o persones sense horitzons vitals massa llunyans les que, a vegades, es converteixen en  símbols. Exemples en tenim, l'Stéphane Hessel, el nonagenari francès i redactor d'un pamflet tan clarivident com el d'Indigneu-vos", o l'entranyable José Luis Sampedro: Per què els joves que creuen que descobreixen la sopa d'all queden enlluernats davant d'aquestes figures que han arribat a la senectud?

Jo m'imagino que és perquè han assolit la fita: la de resistir a les temptacions egoïstes i han posat per davant els projectes col·lectius, o perquè han resistit els suborns, ja siqui per caràcter, o perquè mai ningú els ha intentat subornar, doncs no és el mateix. Que han resistit el tòpic segons el qual si no ets roig als vint anys és que no tens cor, i si encara ho ets als quaranta és que no tens cap. Que no han passat per la fase de voler canviar el món per passar a només voler canviar-te el cotxe.
Dues darreres personalitats han travessat profundament el meu estat d'ànim: Eduardo Galeano, amb aquelles paraules: 

Yo quería dar todo antes de que la muerte llegase, quedarme vacío, para que la hija de puta no encontrara nada que llevarse. ¡Tanto jugo que tenía todavía!

L'altre ha estat l'Oliver Sacks, molt conegut per les seves obres adaptades al cinema, de literatura de neuròleg semblant al realisme fantàstic, com "Un antropólogo en Marte". Tanmateix a mi em va emocionar "El Tío Tungsteno", un llibre de memòries, un llibre de química, on parla de la seva infantesa a Anglaterra i l'exili-separació al camp dels nens respecte de les seves famílies. En la seva carta de comiat que va divulgar mig any abans del seu traspàs, el 30 d'agost d'enguany, m'ha semblat que llegia un dels clàssics grecs, com Epictet.

En los últimos días, he sido capaz de ver mi vida desde una gran altitud, como una especie de paisaje, y con un profundo sentido de la conexión de todas sus partes. Esto no significa que estoy acabado con la vida.

Por el contrario, me siento intensamente vivo, y quiero y espero que en el tiempo que queda pueda profundizar mis amistades para decir adiós a los que amo, escribir más, viajar si tengo la fuerza, alcanzar nuevos niveles de comprensión y perspicacia.

Esto implicará audacia, claridad y hablar claro; tratar de enderezar mis cuentas con el mundo. Pero ya habrá tiempo, también, para la diversión (e incluso algunas tonterías, también).

No hay tiempo para nada inesencial. Debo concentrarme en mí, mi trabajo y mis amigos. Dejaré de mirar "NewsHour" todas las noches. Dejaré de prestar atención a la política o las discusiones sobre el calentamiento global.

No es indiferencia pero sí desprendimiento - todavía me preocupo profundamente por el Oriente Medio, sobre el calentamiento global, sobre el crecimiento de la desigualdad, pero esos ya no son mis asuntos; que pertenecen al futuro. Me alegro cuando me encuentro con jóvenes superdotados - incluso el que con una biopsia diagnosticó mis metástasis. Siento que el futuro está en buenas manos.

He sido cada vez más consciente, durante los últimos 10 años más o menos, de las muertes de mis contemporáneos. Mi generación está marchando, y en cada muerte me he sentido como un desprendimiento de placenta, un arrancamiento de una parte de mí mismo. No habrá nadie como nosotros cuando nos hayamos ido, pero tampoco no habrá nadie como cualquier otra persona, nunca. Cuando las personas mueren, no pueden ser reemplazados. Dejan agujeros que no se pueden llenar, porque es el destino de todo ser humano a ser un individuo único, para encontrar su propio camino, vivir su propia vida y morir su propia muerte.

No puedo fingir que no tenga miedo. Pero mi sentimiento predominante es de gratitud. He amado y he sido amado; he recibido mucho y he dado algo a cambio; he leído y viajado y pensado y escrito. He tenido una relación sexual con el mundo, el coito especial de escritores y lectores.

Por encima de todo, he sido un ser sensible, un animal de pensar, en este hermoso planeta, y que en sí ha sido un enorme privilegio y aventura.

ALS IAIOFLAUTAS DEL SÍ QUE ES POT, PERQUÈ LES TELES PATRIÒTIQUES ELS SILENCIARAN



diumenge, 6 de setembre del 2015

L'ESPOLI INFORMATIU: 27-S, DE LA INDEPENDÈNCIA A LA NOVA CONVERGÈNCIA

"La propaganda, en democràcia, és com la violència en una dictadura". Són paraules del veterà altermundialista Noam Chomsky, referent mundial contra l'imperialisme, dins del seu propi país, els Estats Units. I tones de propaganda és el que estem suportant. No cal ser del PP o de Ciutadans per comprovar-ho, des dels mitjans públics i concertats, cada dia. L'anomenat procés  cada cop pren connotacions etnicistes més que d'injustícia distributiva entre el centre i la perifèria de l'Estat. Les dretes centrípetes i aparentment centrífugues han jugat molt bé les seves cartes, i les esquerres que treballen per la cohesió social i redistributiva cada cop tenen més problemes per ser present en els mitjans.
Lola Gaos

Lola Gaos, actriu morta l'any 1993, militant d'esquerres, va proferir una frase ben colpidora: "Prefiero hacer de fascista en una película antifascista que representar un antifascista en una película fascista". Doncs bé, als comparses de Junts pel sí, per molta ràbia que sentin davant la política dels neofranquistes del partit apostòlic, s'haurien d'aprendre aquesta afirmació de memòria, adaptant-la, és clar a la situació: no hem arribat encara a cap ruptura i ja estan iniciant la restauració conservadora. I això val molt especialment per al "comercial" Raül R.R. i Comin's variats i palafraners del "cavaller Mas". CDC és cosncient que el seu travestisme social i "radikal" funciona: estan eufòrics i arrogants. Només els falta els controls de puresa patriòtica als quadres de l'administració. Com en la millor època dels Arzalluz del País Basc... Ahir, a la Riera de Mataró les parades "informatives" de la candidatura convergent feien una exhibició i múscul econòmic, d' ostentació de mitjans, gairebé insultants: carpes, pantalles de plasma, fulletons tutti colori...ep! però sense les sigles CDC. 
amb Ovidi Montllor ("Furtivos")
Fins i tot un tertulià de Catalunya Ràdio, un tal Jordi Montserrat deia que Catalunya tenia una mena d'ADN, la societat civil famosa (terme que va posar de moda en Miquel Roca, el fundador del Partit Reformista amb en Florentino Pérez, i ara advocat de l'oligopoli elèctric). Va venir a dir que l'Escola concertada, la sanitat concertada (eufemisme de privatitzada), etc., era el segell de l'estil i manera de ser dels catalans. En definitiva, el neoliberalisme és l'essència de l'ètnia catalana. Delirant. Tot sigui pel procés. Des que en Raimon li va contestar a la presentadora Silvia Coppulo, ex-mataronina, que ell no era independentista, que no s'ho havia plantejat mai, el cantant del "Diguem no, nosaltres no som d'eixe món" i d'altres cançons,  no ha tornat a sortir per les ones.


Ara deixo parlar a en Guillem Martínez, guionista de "Polònia" segons la Wiquipèdia, i articulista. Difereixo en alguns "accents" però no he trobat "faltes d'ortografia" greus, ni tampoc de relat.


GUILLEM MARTÍNEZ - BARCELONA | 2 DE SEPTIEMBRE DE 2015

Procés Català 2015 - ¿Qué está pasando? ¿Qué puede pasar? ¿Cuándo empezó todo?

Se habla tanto sobre Catalunya que, periódicamente, es bueno dejar de hablar, y enumerar  e inventariar lo que en verdad está pasando. Que a estas alturas del partido aún sea pertinente preguntarse por lo que está pasando, indica que la confusión es amplia. Lo que invita a hablar de  un estado de desinformación llamativo. Algo, por otra parte, muy propio y castizo de lo que el último Informe Reuters ha calificado como el país con los peores medios informativos de Europa. Por aquí abajo, los medios son, en fin, lo que la guerra en el XIX: la prolongación de la política por --nunca mejor dicho-- otros medios. Posiblemente, por eso, la sociedad catalana y el resto de sociedades del Estado están al día de lo que dicen sus respectivos gobiernos al respecto de esta u otra crisis, pero muy lejos de saber lo que está pasando. ¿Qué está pasando? ¿Es un mero choque entre élites españolas y catalanas? ¿Es la unión de amplios sectores de la sociedad para crear un Estado? ¿Es un tramo más, si bien macizote, de la crisis política española? ¿Lo es de la crisis democrática europea? ¿Qué está pasando? ¿Qué puede pasar? ¿Cuándo empezó todo? Bueno, esa última me la sé. Todo empezó en un lóbulo central, la parte más divertida del cerebro humano. No se lo pierdan.


EL HOMBRE QUE CONFUNDIÓ ESPAÑA CON UNA DEMOCRACIA.
En 2010, una sentencia del Tribunal Constitucional invalidaba el Nou Estatut de Catalunya, un intento inteligente y malogrado de hacer una pirueta sensacional: declarar un Estado plurinacional y, de facto y a través de un modelo de financiación calcado del de los landers alemanes, modular un Estado federal, sin utilizar la alocución Estado Catalán. Todo ello a través de un Estatuto de Autonomía, es decir, sin tener que tocar la Constitución --única forma, me temo, de intentarlo--, sino estirando su interpretación. La cosa, como ya sabrán, no coló. Chocó con lo que unos años después se dibujó como Régimen del 78. El pack instituciones, partidos, medios, y determinadas arrugas en el cerebro. Tres partidos, concretamente los tres partidos más importantes de la Restauración 2.0, invalidaron la propuesta, posiblemente porque les resultaba, antes que inasumible, inimaginable, algo contra natura y que podía acabar con sus mitos, pero también con su razón de ser, sus dinámicas, su capacidad de lectura de la realidad y sus negociados. A saber: el PP, primero a través de peligrosas campañas y boicots, que caían de cuatro patas dentro de la catalanofobia, si no en tradiciones aún más inquietantes y menos ambiguas y, después, a través de la sentencia del Tribunal Constitucional, ese homenaje local a la ausencia de división de poderes.
El PSOE participó ofreciendo al invento una absoluta incomprensión, de la que es una bella metáfora una declaración del extinto Alfonso Guerra. Aludiendo a lo que se tenía que hacer --y se hizo-- con el Nou Estatut a su paso por las Cortes, el egregio estadista razonó: "Nos lo vamos a cepillar". Finalmente, CiU aportó su grano de arena a este nivelón político y democrático en una reunión sorpresa y secreta en Moncloa, entre ZP y Mas, publicitada desde el Gobierno y CiU posteriormente como uno más de esos pactos entre titanes que hacen historia por aquí abajo. En la reunión esa, por cierto, se recortó el modelo de financiación hasta hacerlo irreconocible. O mejor, absolutamente reconocible y parecido al anterior, esa negociación continua, líquida, sensible de ser capitalizada electoralmente y, me temo, económicamente, que tanto rentabilizó el Pujolato. La idea del Nou Estatut, por cierto, partió del President Pasqual Maragall. Era, ojo al dato, una idea desinhibida. Se trataba de cambiar completamente el anclaje de Catalunya en el Estado, hacer otro pacto, renovable, que abarcara a otra generación, a lo Jefferson. Suponía, sin traspasar el trade-mark Transición, meterse en otra cosa, fundamentada en derechos antes que en identidad, en la que los partidos que velaban por el rol identitario y encorsetado de Catalunya y de España desde el 78 --PP, PSOE, CiU--, quedaban descolocados. El enfrentamiento del PSOE y del aparato del PSC con Maragall fue, consecuentemente, uno de los más duros. De hecho, desde ese rincón se empezó a desprestigiar a Maragall, incluso pisquiátricamente. ¿Cómo empezó esto, como empezó la crisis catalana? Un señor del aparato del PSC me respondió al respecto hace poco: "Todo esto a lo que hemos llegado con Mas empezó con un tío con alzhéimer". Me parece una respuesta cruel, bestia. Pero correcta. Y más si pensamos que, en sus inicios, el alzhéimer, como sabemos todos los que hemos visto a mamá en ese trance, provoca en el lóbulo frontal desinhibición, unos arranques de humanidad y espontaneidad bellos y absolutos, que te acercan, lo dicho, a Jefferson, aquel presidente libertario. O, lo que es lo mismo, que te alejan de un Estado con un lóbulo central atrofiado por traumatismo violento desde el XIX.

LA DESAFECCIÓN
La sentencia del Tribunal fue un shock en la sociedad catalana. Moduló la certeza de que era imposible cualquier cambio político en el Estado. Cualquiera. No se entendió esa frustración. No la entendieron ni PP, ni PSOE, ni CiU, que tal vez sólo vieron en todo ello otro episodio, sensible de ser rentabilizado, en la evolución del único tema posible de discusión por aquí abajo desde 1978: el territorial. De hecho, el artista anteriormente conocido como CiU no participó en ninguna de las casillas siguientes, determinantes y animadas por la CUP y por organizaciones ciudadanas: la organización de decenas de referéndums municipales de autodeterminación --inútiles, pero simbólicos-- en todo el territorio. CiU no sólo vio con desconfianza esas consultas, sino que, incluso, no las llegó a ver en su esencia, es decir, a comprender. Es más, cuando gana las elecciones y vuelve al poder tras dos tripartitos --el último, con Montilla como Presidente, supuso un aumento galáctico de la deuda de la Generalitat, sólo superada en breve por Mas, y el inicio del acceso de la Institución a la ruina y su intervención--, en 2011, no hay nada de eso ni en su vocabulario, ni en su programa, del que se publicitaron dos grandes puntos. La asunción de un gobierno Bussines Friendly --no es un chiste; era, glups, la alocución más repetida en la campaña--, y la consecución de un Pacto Fiscal, una financiación de tipo régimen foral, el único acceso federal en el país favorito de la Divina Providencia, sumamente improbable en un Estado con una dilatada tradición, ejemplificada con el Nou Estatut, de no negociar nada consigo mismo.

Y EN ESO LLEGÓ EL 15M
El primer Gobierno Mas fue una ruina política, que le condujo al vacío en pocos meses. CiU, en aquellos momentos, votó todas las contrarreformas democráticas posibles en el Congreso, más allá del deber, en tanto sus votos no eran matemáticamente necesarios. No votó, es cierto, la reforma constitucional exprés --no era matemáticamente necesario--, pero sí que la celebró explícitamente y alabó la valentía y la responsabilidad de la medida. Pero sí votó joyas como la Ley de Estabilidad, que le obligaría en breve a la imposibilidad de crear políticas más allá de la austeridad, una vía que había iniciado, por cierto, mucho antes y con mayor brutalidad que el PP, con la emisión de unos presupuestos de abandono del Bienestar, con los que se iniciaba en Catalunya la post-democracia, la austeridad y la restricción de derechos. Preciosismo: para argumentar esos recortes, desde entonces se invocaban leyes españolas que les impiden otras políticas. Algo incuestionable, como también el hecho de que esas leyes han sido construidas también por CiU. Paralelamente a todo ello, las calles ardían. Los casos de corrupción hervían. El 15M y su programa incipiente de democracia real se abría paso en la sociedad con relativa facilidad y simpatía en la Catalunya urbana. Opciones independentistas --invocaban en ocasiones a la radicalidad democrática, es decir, que suponían un contacto intelectual con el 15M--, que abogaban por un referéndum de autodeterminación, dominaban la Catalunya menos urbana. CiU, a su vez, no era una cosa ni otra. Era, exactamente, lo contrario a ambas cosas, era un partido del Régimen del 78, uno de los partidos que, más concretamente, habían redactado esa Constitución que ya no existía en su título territorial y en su articulario social. CiU olía a cadáver. En eso, en un golpe de genio, sucedió algo que nunca antes había hecho un Gobierno en el Estado. En aquel año, tan rico en manifestaciones, se vinculó completamente a las demandas de los manifestantes. No fue, por supuesto, una mani del 15M, contra los recortes o por una ampliación de la democracia. Fue tras la manifestación multitudinaria del 11S de 2011. Mas decidió suspender sus discursos político-estéticos en marcha --ese Pacto Fiscal improbable, que no emocionaba a nadie; esa alocución, business friendly, que adquirió otro significado, no deseado y más certero, tras el 15M; prosiguió, eso sí, con sus políticas de austeridad y de privatización de servicios--, y abrazar la causa independentista, que nunca llamó por ese nombre --ha empezado, de hecho, a utilizar el palabro independencia hace escasas semanas--. Nacía el Procés. Es decir, la apropiación y modulación de una demanda ciudadana por parte de un Gobierno. Esa cosa más española que las lentejas.

LA IMPROVISACIÓN
Sobre el carácter improvisado de ese Procés, dos datos. Tan sólo unos meses antes de la caída de la mula de Mas, Hillary Clinton, la secretaría de Estado norteamericana en ese momentos, envía a su colaboradora Anne-Marie Slaughter a Barcelona, para entrevistarse con Mas y saber, de primera mano, si existía una propuesta, o un futurible gubernamental de independencia. Poca broma. En la entrevista, Mas se fue por las ramas retóricas, incluso cuando su interlocutora le preguntó, directamente, qué quería Catalunya. Tras finalizar su entrevista, en el Palau de la Generalitat, Slaughter, declaró: "Jamás he tenido una reunión tan inútil en un sitio tan bello". Otro dato que indica el carácter precario, sorpresivo y, tal vez, meramente nominal del giro de Mas es que, también unos meses antes, fue el propio Mas el que echó un capote, determinante y repleto de voluntarismo, a la Monarquía, cuando le estalló en las narices el caso Nóos. El President y buena parte de su gobierno asistió y animó un acto de la Fundación Príncep de Girona con el príncipe Felipe, algo extraño y fuera de lugar en un Gobierno pretendidamente del Sinn Fein. Y aquí, cabe señalar, para evaluar la importancia e, incluso, la verosimilitud del giro de Mas en septiembre de 2012, que no es fácil materializar un cambio cultural tan grande de manera tan rápida. El corpus del catalanismo, un corpus amplio, que aglutina propuestas de izquierda --Almirall, que agrega al federalismo proudhiano de Pi I Margall el hecho identitario; Macià, un republicano radical que plantea una federación de repúblicas y la elaboración de Bienestar, algo importante en, tal vez, la sociedad más republicana de la Península; Joan Peiró, anarquista, que plantea Catalunya como cultura y lengua a defenderse del Estado...--, hasta la derecha --el obispo Torres i Bages, que une catolicismo a identidad, Prat de la Riva, que desde opciones monárquicas plantea la participación catalana, o mejor, su liderato, en el Gobierno central, Cambó, que la realiza, Pujol, que crea un catalanismo conservador y colaborador en la gobernabilidad del Estado, sin pasar por la casilla Cambó, sin pasado franquista..--. Todos esos catalanismos tienen en común España. Es decir, la defensa y el control,  frente a un Estado feroz, a través del republicanismo federal, de una nación sin Estado, y con la lengua sin Estado más hablada en Europa --en la izquierda--, o la participación en la gobernabilidad del invento con ciertas garantías identitarias y cierto acceso al gran negocio español, el Estado --en su derecha--. El independentismo, el aplazamiento y omisión del concepto España, es, por tanto, otra cultura. Pasar de una cultura catalanista a otra independentista puede requerir, por tanto, una o varias generaciones --al parecer, eso es lo que ha pasado en un gran sector de la sociedad catalana, me atrevería a señalar--, y no unos minutos --a modo de ejemplo: el anterior Consell Nacional de CiU sólo disponía de dos personas que se autodeclaraban independentistas; esta mañana a primera hora, todos--. ¿Cómo se hace un político, un partido, un Govern, independentista en una tarde? Es difícil explicarlo. Es más fácil razonar para qué. Para no morir. Mas se abrazó a lo que tenía más a mano. El otro madero estaba más lejos, tenías clavos ardiendo, no tenía bandera, era más difícil de instrumentalizar y se llamaba 15M.

PAX CATALANA
Tras unas nuevas elecciones, en las que CiU asume como programa estrella una consulta para el derecho a decidir --como programa real, sigue con la austeridad anterior y con la creación de riqueza, entre amigos, con el único negocio posible ya en el Estado: la venta del Estado--, el anterior partido catalanista sufrió un descenso llamativo de parlamentarios, que le impidió percibir su gran logro electoral --era el único partido de gobierno del Sur de Europa, emisor de recortes y austeridad, que no sólo no se descalabraba, sino que ganaba unas elecciones; no ha vuelto a suceder en esta crisis del Sur, que acaba con todos los partidos que gobiernan--. Se iniciaba el Procés, una serie de medidas que culminarían en 18 meses con un referéndum y la proclamación, en caso de victoria del sí, de un nuevo Estado en la UE. Hay dudas, empero, de que el Procés existiera. O, lo que es lo mismo, sólo podía existir en una cultura en la que las declaraciones de políticos adquieren rango de información no verificable. Los jalones señalados en la Hoja de Ruta gubernamental se fueran cumpliendo a duras penas, fuera de plazo y sin ningún tipo de logro. Aun así, los medios próximos al Govern --públicos y, ejem, concertados, como en Madrid--, y grandes firmas periodísticas, también cercanas a CiU o ERC, hablaban, en todo caso, de "jornada histórica", en cada una de las ceremonias que se fueron creando cada vez que Mas firmaba un papel. Y firmó muchos. Desde la redacción del Génesis, no fueron inventariados tantos días históricos. Ninguno supuso ninguna ruptura estructural ni el alejamiento del orden establecido. Ejemplo: sí, el Parlament votó una declaración por el derecho a decidir, pero era la cuarta desde 1978. El hecho propagandístico, inverificable, se convirtió en hecho periodístico, a unos niveles que Barcelona, una ciudad más alejada que Madrid del poder, nunca había vivido en democracia.
Curiosamente, a pesar de la propaganda, de la sucesión de días históricos, de los grandes avances continuados hacia la independencia, el Procés no se traducía en nada. La razón, posiblemente, era el absoluto respeto a la legalidad por parte de Mas. O, lo que es lo mismo, la firme decisión de que todas estas maniobras no condujeran a nada. Es decir, la ausencia de Procés. ¿Qué supuso, por tanto, la existencia de un Procés que no existía? Supuso una pacificación social. Las protestas en la órbita del 15M y contra los recortes fueron, en cierta manera, desarticuladas. El Procés pasó a serlo todo, y las protestas antigubernamentales, una suerte de boicot al Procés, organizadas por quintacolumnistas del españolismo. Paralelamente, se intensificó el proceso de austeridad y postdemocracia. Los primeros presupuestos post-democráticos, votados por el partido catalanista CiU y PP --el PPC, según sus estatutos, también es catalanista, ese concepto tan laxo--, fueron prorrogados e intensificados por el partido soberanista CiU y ERC. La represión policial a los manifestantes y movimientos aumentó, fue más dura y conllevó más manifestantes mutilados y más detenidos pendientes de condena que en Madrid, otro punto caliente en aquel momento. En efecto, había indicios, no confirmados por la prensa local e intelectuales afines, que habían descubierto el muñozmolinismo/la necesidad y la felicidad resultante de dar la razón a su gobierno, de que el Procés era un ejercicio de rapto de una iniciativa ciudadana, que permitía seguir elaborando con menor conflictividad social, la austeridad. Si eso es cierto, ¿Cómo se consigue con tanta facilidad?

PROPAGANDA DOMÉSTICA
Seguramente, a través de la participación de la propaganda. Como dice Chomsky, la propaganda, en democracia, es como la violencia en una dictadura. Por lo que sea, aquí abajo es fácil practicarla, existen condiciones que facilitan que un Gobierno elabore mensajes, verticalmente, y con poco control y crítica. El Aznarato, la capacidad de elaborar mensajes verticales, no contrastables, y políticas arbitrarias y no democráticas, utilizando su dominio del marco democracia y constitución, de manera que quien critique esos mensajes queda fuera de esos marcos, es la prueba. Posiblemente, en Catalunya pasó algo parecido. En la creación de propaganda, exitosa, han brillado con luz propia dos ONG muy G, en la línea, en ese sentido, de la AVT, más española, epistemológicamente, que las lentejas: Omnium --una entidad cultural conservadora, fundada por el catalanismo conservador durante el Franquismo--, y la Assemblea Nacional de Catalunya, una organización no asamblearia, dominada hoy por CDC en sus tramos altos, y con bases muy amplias, populares, democráticas y con sensibilidad social. La anterior presidenta de ANC, Carme Forcadell, es la autora de la frase "No molesteu el Govern amb preguntes, que està treballant per la independència", toda una metáfora. La propaganda giró en torno al tema económico y al tema democrático. Por una parte, se elaboró la idea, a través de políticos, medios e intelectuales --la tertulia informativa, desacreditada en Catalunya, está viviendo su edad de oro--, de que el independentismo era una solución económica, antes que identitaria --algo importante en un país con gran cultura republicana--. Catalunya, como Alemania, era un país rico, exprimido por el Sur. Catalunya debía eliminar su Sur, como Alemania estaba poniendo a raya el suyo. Es decir, snif, también a Catalunya.
La solución era el Estado. Un Estado --en TV3 se emitió un documental al respecto, récord de audiencia--, que podría recuperar el Bienestar sin IRPF, tan sólo con impuestos indirectos/socorro. Catalunya, en fin, volvería a la primera división económica en cuanto tuviera las herramientas de otros Estados soberanos. Como Grecia, Portugal, Irlanda o España, vamos. Curiosamente, Catalunya no podría salir de la UE en tanto que chollo para la UE. Sería tan rica que pagaría irrechazables fondos de cohesión, que ahora, por cierto, la empobrecen. Sobre el tema democrático, se presentó al pack España como un ente, en ocasiones una cultura o raza --els espanyols--, con problemas innatos con el concepto democracia. Su gobierno, en lo que es un hecho incuestionable, se negaba a dejar votar a sus ciudadanos catalanes. Pero en ese discurso también se omitía que el Govern se había negado a someter a consulta la austeridad, que había participado, vía Congreso, en el mayor recorte de la democracia y los derechos en Europa desde 1945, y que la cultura política, ética y de poder de CiU no difiere del max-mix que puede integrar a, pongamos, Rajoy o Bárcenas, por citar dos grandes ideólogos. Los medios y el nivelón intelectual del político medio español, proclive a ver nazis, autoritatismo, ataques a la democracia en todas partes, menos dentro de sus zapatos, ayudó a consolidar la impresión. En fin. Sobre estos dos vértices propagandísticos se elaboró el Procés, que era, por cierto, poca cosa. O, al menos, así quedó verbalizado en el Congreso, cuando una delegación del Parlament fue a explicarlo. Sinopsis: consistía en una consulta, no vinculante, con dos preguntas --es decir, lo contrario del nítido, vinculante y democrático referéndum escocés, lo contrario que un proceso de autodeterminación--. que daría imperium a un Govern para negociar con el Gobierno. ¿Negociar, qué? ¿La independencia? Un orador de CiU lo explicó: "Déjennos votar y eso nos servirá para que podamos seguir hablando".
El Procés, vamos, era en su fase final --lo había sido en las anteriores--, tal vez la demanda dramática de CiU --a un PP que estaba utilizando la crisis económica para un cambio estructural en el Estado, también recentralizándolo--, para seguir existiendo, para continuar con su rol, para no morir, para poder seguir siendo lo que fue desde el 78. La pregunta es, ¿cómo puede quedar reducido a tan poca cosa --dejar votar a una sociedad algo no vinculante, un par de preguntas que dificultaban el éxito independentista, a cambio de que CiU volviera a tener su relación de interlocutor con el Gobierno--, lo que en Catalunya era presentado como un acceso a la autodeterminación, como un proceso histórico, épico e imparable hacia el Estado de Bienestar propio? La otra pregunta es, ¿por qué eso no creó indignación en Catalunya? Supongo que por el dominio absoluto del marco catalanismo que, en ese momento, tenía CiU. Ese dominio le facilitó pasar de ser autonomista a independentista. O, si así lo hubiera querido, a veganista. Y le facilitaría la admisión social de cualquier cambio posterior de opinión. CiU, hoy CDC, es, sin duda, el partido más libre del Estado, el que puede realizar más giros y cambios con menor erosión.

NUESTRO AMIGO MARCO
El catalanismo conservador desapareció en 1931. En 1936, residual, participó, salvo excepciones, en la Guerra Civil en su bando más próximo, y sus élites constituyeron, colaboraron y/o se enriquecieron a lo largo del Franquismo. En 1978 era un fósil, hasta el punto de que CDC, en las primeras elecciones democráticas, tuvo que renunciar a él, por ser algo bochornoso e incomunicable, y presentarse como partido socialdemócrata. El único, por cierto, en la Catalunya de aquel momento. Desde el 78 ha ido adquiriendo carta de hegemónico. El Procés aumentó esa hegemonía a niveles incomprensibles. De hecho, una parte notoria de la propaganda del Procés ha consistido en acercar la idea de Estado propio al corpus ideológico ulterior de CDC: el ultraliberalismo, un Estado que se financia con el IVA, que confía en la empresa para crear riqueza, y que privatiza servicios, que no son necesarios en una sociedad con iniciativa y cohesionada, no a través de derechos, sino de identidad. Vamos, otra España, que no la otra España. En el Procés, por ejemplo, se ha hablado poco de libertades y derechos. Todos quedan englobados en la Llibertat Nacional, en Catalunya, el marco que domina CiU, y de todo ello se hablará cuando se acceda al Estado, no antes. Hacerlo no es ni positivo ni patriota, tan poco como, en su día, cuestionar el centralismo democrático del PCE, o la corrupción o los asesinatos del PSOE o las privatizaciones millonarias del PP, ¿recuerdan la disciplina? El dominio de CiU en el Procés fue apoteósico. Ningún político, de CiU o de cualquier otro partido firmante, reconocía la viabilidad del intento en privado, pero aun así, seguían en ello, sin desmarcarse públicamente, sabiendo que podían ser tachados, por CiU, como traidores, como los que se descolgaban de un proceso y lo condenaban a muerte. Y así sucedió después de la negativa del Congreso a la consulta, y el fin del trayecto político que se había fijado Mas, si bien ERC y ICV, llegados a esa vía muerta, se descolgaron del pacto con el paso del tiempo.
El Procés técnicamente ya no existía. Acabó como empezó. En una tarde. Mas estaba solo con sus políticas antisociales y sin ningún juguete a mano. Es entonces cuando, con el solo apoyo --más que apoyo, la iniciativa principal-- de CUP, Mas decide convocar la consulta. Se trata de una consulta difícil de interpretar. CUP --independentismo de izquierdas, radicalismo democrático, defensa de derechos-- veía en esa consulta un hecho rupturista, un desafío democrático al Estado, un empoderamiento ciudadano. Y era todo eso, sin duda. Pero también otras cosas más.  Por ejemplo, era una bicoca gubernamental. La consulta, que no era vinculante, pasó a ser algo menos: simbólica. Era un objeto sin otra función que la simbólica. Los símbolos sólo son sensibles de ser interpretados, y CiU disponía de la hegemonía y las herramientas para marcar la interpretación mejor y más certera. El Gobierno Central colaboró en fabricar esa interpretación, arrojando la caballería/fiscalía, a pesar de que el Fiscal General informó, inicialmente, de que una consulta no oficial, no vinculante, técnicamente organizada por organizaciones civiles, no era un delito, como así lo tendrá que reconocer algún día alguna instancia internacional. Hoy Mas, uno de los mayores recortadores europeos, vinculado con un partido del Sur con una llamativa trayectoria demostrada de corrupción, es un héroe civil, encausado por defender la democracia, como se encargó de recordarle a Ada Colau en la primera recepción en el Palau de la Generalitat como alcaldesa de Barcelona. Tras la consulta, CUP abandonó a Mas. El Proceso, ahora sí, finalizaba. Sin ningún resultado. Salvo la hegemonía de Mas, de CiU.

DEL PROCÉS A LA REFUNDACIÓN
Es entonces cuando Mas realiza la auténtica pirueta de todo esto. El Procés ha salvado la vida a CDC, caso único de partido de austeridad en el Sur. Pero eso no sucederá por mucho tiempo. Hay que refundar el Procés. Y con él, a CiU. Mas empieza a trabajar en una lista única, que agrupe a todos los partidos que firmaron el Procés, y que camufle en su interior a CiU, acuciada por sus políticas reales y por sus casos de corrupción, que hasta ahora --todo puede cambiar-- no han causado mella, aun a pesar de la información sobre casos de corrupción y business friendly que-no-cesa en la Sanidad, o aun a pesar de la espectacularidad, en ocasiones, no contrastada, de casos y cosas que ha ido exhibiendo el Gobierno Central puntualmente, vía filtraciones, coincidiendo con campañas electorales. CUP, ERC, ICV, se desmarcan de ese cadáver. Incluso Omnium y ANC no parecen muy animadas. Paralelamente, Mas anuncia elecciones. Literalmente. Las anuncia, para el 27-S, pero no las convoca. De hecho, supedita, en privado, las elecciones, a la existencia de una lista común del soberanismo --se utiliza ese palabro, no independentismo--. Nadie da un duro por esa opción, que implicaría que ERC, por ejemplo, renunciara a su proyección --ganó las últimas europeas--, y a su posibilidad, factible, de sustituir a CDC, que no a su marco, en el poder. Pero, inopinadamente, eso sucede. Tras un viaje privado de Oriol Junqueras a Sudamérica, Mas le convoca, junto con CUP, Omnium y ANC a una reunión, para cerrar el asunto de la lista única. "Entramos 4 a 1, y salimos 1 a 4", declaró posteriormente David Fernández, de las CUP, tras esa reunión. En efecto, Ominum y ANC --ahora, con nuevo equipo, más vinculado a CDC--, que no habían valorado la opción de la lista única, ahora la defendían. Acorralado, literalmente amenazado por salirse de un marco que no dominaba, o que no se atrevió o valoró desafiar, Junqueras aceptó. En el Consell Nacional de ERC posterior, que tenía que aprobar la propuesta, nadie, más allá de Junqueras, la defendió. Tras el discurso patriótico de un parlamentario, en el que al parecer se sugirió que si no se adelantaban las elecciones, el Procés no resistiría el paso del tiempo y moriría --es decir, que sería, se entiende, entendido como una cortina de humo para otras políticas--, se decidió aprobar el pacto vía un curioso sistema de votación: por aclamación. Aclamaron con las manitas, aplaudiendo. Nacía el nuevo Procés. Sinopsis: una lista única --40% de ERC, 60% de CiU, independientes cercanos, se supone que en esa proporción--, itinerario de, también, 18 meses, que culminarían, en esta ocasión, sin consulta, tras una declaración unilateral de independencia, con la redacción y la votación en referéndum de una constitución de la República Catalana. El procedimiento y la dinámica se parece muy mucho a esa joya llamada Transición Española, en la que sólo se pudo votar la Constitución, a lo todo-o-nada-system. Posiblemente, una metáfora de cuál es la cultura política de los emisores de la propuesta. No es, se diría, una cultura alejada de la hegemónica en España. No es, por tanto, una revolución democrática, un cambio en la cultura de los derechos.

LA REVOLUCIÓN DEMOCRÁTICA
La gran diferencia de esta emisión del Procés es --recuerden que CDC es un partido con amplia libertad de movimientos, dado su dominio del marco-- su acento social, hace unos pocos meses inexistente. Los discursos de la nueva lista única son sociales, si bien contradicen con ello el discurso del 60% de la lista, y las votaciones en el Parlament del otro 40%. La presumible razón de tanto énfasis es el gran susto de CDC en estos años de Procés: el nacimiento de Barcelona en Comú, y su toma del poder de la alcaldía de Barcelona. Es más, en esta emisión del Procés, la lista única ha adoptado el vocabulario del 15M y de Barcelona en Comú. El dret a decidir ha pasado a ser un Procés Constituent. Se habla de crear tramos de IRPF justos, de derechos sociales --por concretar--, de un salario social o, incluso, universal --por concretar--, o de Revolució Democràtica. Se han adoptado propuestas de propaganda, fundamentadas en el voluntariado, al modo de Barcelona en Comú. Y aquí se acaban los parecidos. No hay diagnóstico ni lectura de una crisis de la democracia en Europa. La UE, cuna y ataúd de la democracia, es nuestra amiga, velará por nosotros frente al régimen corrupto español, o como decía un tuit de la cuenta oficial de CDC: "Será tan inclusiva con Catalunya como lo está siendo con Grecia" --no, no era un chiste--.
No hay diagnóstico de la crisis de Régimen española, en tanto que Catalunya no es España y que la refundada CDC no tiene nada que ver con su pasado. Siempre fue independentista, o lo pensó frecuentemente, cada día y a la misma hora. Quizás, en este tema, sólo se alude a la incapacidad democràtica de España y els espanyols. No hay diagnóstico de la crisis económica ni del cambio estructural en el Estado Español. La primacía de la economía financiera sobre el Estado, el cambio de democracia por deuda, no se contempla, en tanto será solucionado, paradójicamente, con la creación de un nuevo Estado. No hay discurso sobre la corrupción, en tanto es una arma que utiliza el Gobierno y el Estado --lo que no está mal visto, por cierto-- para desacreditar una revolución democrática.
Es posible que ganen. No es verosímil que se inicie el proceso anunciado, carente de plebiscito --unas elecciones, sometidas a demarcaciones territoriales, en las que el voto en Barcelona, más del 50% de la población, está corregido y es menos importante que el de, pongamos, la zona rural de Lleida o Girona, no pasan la ITV como plebiscito--, carente de homologación  internacional. Quizás tampoco sea esa la función de la cosa. Las cosas, en ese sentido, son su función. La función del Procés han sido dos. Introducir la austeridad y la postdemocracia con menor violencia social, y refundar, y muy bien por cierto, a CDC. El independentismo catalán, como anteriormente el autonomismo, prefigura ser un largo trayecto que creará nuevos profesionales. Muchos de ellos, los mismos que en la anterior etapa, poseedores, por tanto, de la misma cultura.
En España --un Estado en crisis radical, cuyas instituciones, del rey abajo, están salpicadas por la corrupción, que está en crisis estructural y en cambio de época, que sólo ahora empieza a observar que su mayor paréntesis democrático coincide con su desindustrialización y su condena al ladrillo, a la empresa regulada y al turismo, que ha realizado recortes en democracia y en derechos únicamente comparable a los acaecidos en Hungría--, la crisis política adquirió dos proyecciones ciudadanas descomunales: el 15M y el Procés Català. Es posible que ambas dos ya estén notoriamente desarticuladas y raptadas y desfiguradas por los partidos. Lo único que puede devolver a esos movimientos su rango de respuesta democrática frente a lo que está pasando es recuperar en ellos la iniciativa ciudadana. Será difícil, pero es que también va a ser largo, y habrá tiempo, incluso, de eso y, más frecuentemente, de lo contrario.

BASSAS ENTREVISTA LLUIS RABELL
http://www.ara.cat/politica/Lluis-Rabell-conspiracio-cadavers-CDC_0_1426057504.html








dimarts, 1 de setembre del 2015

APOCALIPTICS (i II)

En l'article anterior, ja ha quedat establert el significat d'"apocalipsi"", que és un terme que surt publicat en el llibre de la mediàtica Naomi Klein: "revelació".

La present entrada està dedicada a un intel·lectual que mai no ha estat de moda, però que ha tingut una "via catalana", a través del deixeble més destacat de Manuel Sacristán, el professor Antoni Domènech. Sobre grans intel·lectuals pesen, sovint, grans i injustos silencis. Mentre que  les modes van i vénen, les reflexions d'aquells suporten molt millor el pas del temps i sempre acaben, d'una manera o una altra, per il·luminar els problemes polítics, filosòfics o mediambientals dels nostres temps. Després de la sèrie d'entrades/articles dedicades al llibre de Naomi Klein, "Això ho cambia tot", és arribat el moment de centrar-nos en la figura de WOLFANG HARICH (1923-1995). Harich pertany a aquesta categoria d'intel·lectuals. Tanmateix Harich va ser un intel·lectual força conegut fins fa unes dècades. La traducció al castellà dels seus llibres "Crítica a la impaciencia revolucionaria" y "Comunismo sin crecimiento" van tenir una considerable difusió a Espanya entre l'esquerra, i varis escrits seus van ser traduïts per revistes com "Materiales", "Mientras tanto", "El Viejo Topo", i "La Calle".
Antoni Domènech
M'ha vingut al cap el nom de Wolfang Harich després de saber que ja fa dies que ha mort l'escriptor valencià Rafael Chirbes, un novel·lista també incòmode. (Vegeu:http://elblocdejotao.blogspot.com.es/2015/01/camara-gesell-i-loasi-catala.html). L' ANTONI DOMÈNECH, ja referit, va estudiar a la Universitat de Barcelona i després va estudiar Filosofia i Teoria Social a la Universitat Goethe de Fráncfort i a l'Institut de Filosofia de la FU de Berlin. Durant els seus anys en la República Federal d'Alemanya va mantenir una estreta amistat personal i intel·lectual amb el filòsof, historiador i crític literari marxista WOLFANG HARICH, expulsat el 1956 de la Universitat Humboldt de Berlín-Est pel govern estalinista de Wlater Ubricht. A Harich li cap el dubtós honor d'haver conegut les presons del nazisme, de les del govern estalinista de la RDA i també de les del govern de l'Alemanya Reunificada per estar acusat de col·laborador de la fiscalia de l'ex-RDA.


El 1972 va aparèixer "Els límits del creixement", un informe de 17 investigadors de l'Institut Tecnològic de Masachussets (MIT) per encàrrec del Club de Roma, una organització no governamental amb seu a Suïssa. Els resultats d'aquest informe van alertar a l'opinió pública mundial: l'augment de la població mundial, la industrialització i l'increment de la pol·lució que això comporta, sumats a l'elevat consum dels recursos naturals, estaven amenaçant, segons els autors, la continuïtat de la vida humana sobre el planeta. Si no es posava fi a aquesta tendència, la Terra podria arribar a col·lapsar a mitjans del segle XXI. "Els límits del creixement" fou el toc d'alarma per al moviment ecologista modern.

Wolfang Harich
Wolfang Harich fou un dels molts intel·lectuals que va llegir aquell informe i va quedar impressionat pels advertiments del mateix. A més, la crisi ecològica obligava a modificar radicalment la teoria marxista, ja que posava límits a l'abundància material amb la que el marxisme tradicional havia vinculat la llibertat comunista i la consegüent extinció (o abolició) de l'Estat. D'aquell punt de partida va sorgir "¿Comunismo sin crecimiento?", una llarga conversa amb Freimut Duve, un socialdemòcrata de l'Alemanya occidental. Segons Harich, només un sistema comunista permetia combinar mesures d'emergència com ara la limitació del consum i de la població o el racionament de productes amb el principi d'igualtat. El resultat seria un comunisme sense creixement, homeostàtic (en equilibri), que desplaça l'accent del component individualista llibertari a l'igualitari. En aquest punt Harich, de fet, no s'allunyava de Marx, qui mai no va veure en l'augment de la producció una finalitat en si mateixa. L'horitzó de superació de les relacions de producció capitalistes, un cop esgotades les seves potencialitats, no consistia en una abundància per se (malgrat la frase del "Manifest comunista", segons la qual la riquesa brollaria com una font). L'horitzó post-capitalista, per a Marx, és aquell en el que les necessitats són al centre de la producció, i aquesta serveix per subministrar valors d'ús per cobrir les necessitata socials i individuals en un règim basat en la lliure associació de productors.

En aquest sistema Harich proposava:
"distingir selectivament entre les necessitats que cal mantenir, o bé que cal conrear com a herència cultural o fins i tot que caldrà desvetllar o intensificar, i altres necessitats de les que caldrà desacostumar als humans, a ser possible mitjançant la reeducació i persuassió il·lustradora. Però també, també..., en cas necessari, mitjançant mesures repressives rigoroses, com ara la paralització de branques senceres de la producció, acompanyades per tractament de masses de desintoxicació executats segons la llei"
I aquí és on el realisme d'Harich condueix a un dels trets més polèmics del seu programa eco-comunista: l'AUTORITARISME. Doncs moltes d'aquestes mesures no podrien aplicar-se sense la coerció per part d'un Estat socialista, i la greu situació d'emergència ecològica, segons l'autor, així ho exigeix.
L'assumpte de quines són necessàries i quines són supèrflues també va ser tractat per Agnes Heller: "La teoría de las necesidades en Marx".

Manuel Sacristán (1925-1985)
El llibre de Wolfang Harich fou molt debatut a Espanya. MANUEL SACRISTÁN va retreure al llibre d'Harich tres defectes:
"en primer lugar, es inverosímil si se tiene en cuenta la experiencia histórica, incluida la más reciente, que es la ofrecida por la aristocracia de los países del llamado "socialismo real"; 
en segundo lugar, el despotismo pertenece a la misma cultura del exceso que se trata de superar;
en tercer lugar, es poco probable que un movimiento comunista luche por semejante objetivo. La conciencia comunista pensará más bien que para ese viaje no se necesitaban las alforjas de la lucha revolucionaria. A la objeción (repetidamente insinuada por Harich) de que el instinto de conservación se tiene que imponer a la repugnancia al autoritarismo, se puede oponer al menos la duda acerca de lo que puede hacer una humanidad ya sin entusiasmos, defraudada en su aspiración milenaria de justicia, libertad y comunidad".

És molt probable que les experiències d'aliances de planificació estatal-mercat, i de xarxes de cooperatives que han nascut i que estan emergint en els últims anys, amb molts defectes i vicis, podrien haver donat a Harich una altra visió de la seva, molt influïda per una forta planificació centralitzada. També és probable que els avenços tecnològics dels darrers trenta anys haguessin pogut facilitar una altra visió del seu "transitar cap el comunisme" del que parlava en el seu llibre.

De tota manera, hi ha una idea en la que el llibre de Naomi Klein insisteix i que el precursor Harich insistia: no és possible combatre les crisis ecològiques sense una superació del capitalisme, sense superar les relacions de producció capitalistes. Poques coses exemplifiquen tant aquest punt com els Tractats de Kioto mitjançant els quals es va establir un sistema de compra-venda de drets de contaminació. Mesures com aquesta són contràries al que planteja Harich, per dos motius: D'una banda, perque ell considera, com tot marxista, que el mercat no és una institució que pugui repartir justament la producció. El mercat sí que serveix per distribuir mercaderies i riquesa, però de manera totalment injusta, afavorint els sectors de la població capaços d'adquirir més diners, doncs el fet de que la distribució estigui mediada pels diners -característica central del capitalisme- facilita una distribució desigual.

D'altra banda, l'aplicació de reformes sense pertorbar la dinàmica d'acumulació del capital és estèril, a mig termini. L'únic que s'aconsegueix és dificultar l'obtenció de rendibilitat de les inversions, i com el capital viu d'aquestes, es produeix un trasllat de la pressió al treball (assalariats), ja sigui amb augments de l'explotació o amb acomiadaments i tancaments d'empreses. El marc capitalista no permet entorpir l'obtenció de beneficis sense que les empreses, sectors industrials o econòmics afectats per les noves regulacions no vegin amenaçades la seva viabilitat. Per aquest motiu, si realment es volen atacar els problemes mediambientals, convé anar més enllà d'una economia el motor de la qual es basa en el benefici.


NOTA LOCAL I BIOGRÀFICA
Va ser José Luis López Bulla, secretari general de la CONC (1976-1995, abans que Joan Coscubiela), qui em va presentar Manuel Sacristán. Per a un jove de la JCC va ser impressionant: ¡¡un dels grans pensadors espanyols, nascut a Madrid i afincat a Catalunya !!! Era voluntat del propi Manuel Sacristán fer-ho. Va ser dins el bar contigu a l'antic cine Serra de la Rambla de Mataró. Senzillesa i afabilitat, amb la seva cabellera-visera característica. Inauguràvem un cicle de formació per a quadres sindicals, on es parlaria de plus-vàlua i de la història econòmica del país. L'equip de
Albert Recio
Formació de la Unió Sindical de Comissions Obreres de Mataró l'encapçalava Sión Perajoan i Albert Colomer, del sindicat de Banca i Estalvi i de Químiques, respectivament. Les xerrades tenien lloc al Baixet, el local arxi-conegut de l'Associació Catòlica de Pares de Família, entre el Torrent i el carrer Sant Josep.

Jo ja coneixia a Manuel Sacristan d'una xerrada al Foment Mataroní, en relació als nous models de familia, més nuclears i no patriarcals.
I la tercera trobada, més entranyable, va ser durant les xerrades que el grup "Ventall" (que després s'integraria en la Coordinadora del
maresme per la Pau i el desarmament, va organitzar pel Centenari de la mort de Karl Marx (1818-1883).A Can Xammar. En Sacristán venia de Mèxic, certament perplex perquè per a la suposada esquerra obrerista d'aquell país, els ecologistes suposaven el gran enemic, doncs obstaculitzaven la creació de llocs de treball, i ho deixen de forma ben palesa a les pancartes que duïen. Sens dubte, els límits del creixement ja feien part nuclear de les seves preocupacions intel·lectuals, com així es verifica en l'impuls dels continguts de les revistes "Materiales" i després "Mientrastanto", del Centre de Treball i Documentació, on s'alternaven els colors lila, verd i roig. Tant era així que, de forma cordial, a Jordi Suriñach, un dels coordinadors dels actes i xofer d'ocasió des de Barcelona, li va referir "cordialment" que el seu Niva gastava molt de carburant.


HOMENATGES
A Albert Recio, un dels redactors més insistents en l'última època de "Mientrastanto", cartògraf de la crisi i del nou model d'explotació: una llum que cal seguir per no entrebancar-se en els sots de les aparences enganyoses i mediàtiques.


A Joan Martínez Alier, precursor de la Revista "Ecologia Política", molt necessària en el desert de la desinformació global.