dissabte, 14 d’octubre del 2023

¿CUÁNTO CUESTA EL HIERRO? (EN PALESTINA)

Simplificar es fácil y también adictivo, aún más que los productos azucarados. Los que de niños vimos a diario los bombardeos televisados con napalm sobre Vietnam  sabemos que también la repetición de actos de barbarie inmunizan y «gastan» nuestra compasión, el sentimiento más benignamente humano. En las guerras antiguas el ejército vencedor y ocupante tenía una semana para el pillaje. Se consideraba que era un plazo suficiente para obtener el botín antes que los jefes ordenaran poner el freno. En Gaza poco hay que pillar; en este caso se trata destruir a mansalva. El presidente de EEUU, Biden, consciente que Israel conforma su Estado número 51, viene a seguir esa senda, o lo hace ver, «pidiendo» corredores humanitarios; la incompetente Úrsula Von der Leyen, ni eso, a pesar de ser madre de familia numerosa, en el más propio sentido biológico, y también geopolítico, en sentido figurado. España también forma parte de su prole y, de momento, en silencio ante el drama humanitario. Todos esperando las órdenes USA, que Josep Borrell obedecerá de forma aplicada, como es su costumbre.

Aquellos niños, ya de adolescentes politizados, se vieron atraídos por los libros de Roberto Mesa en relación al conflicto de Oriente Medio, y tomaron partido: ese lado correcto de la historia que, con muchas dosis de escepticismo, no hemos abandonado, a pesar de los detritus del fanatismo religioso. Pronto hará veinte años que murió, pero su huella aún está latente en nosotros: la solidaridad con los injustos perdedores.

Emil Ludwig Fackenheim fue un filósofo judío y rabino reformista. Nacido en Halle, Alemania, fue arrestado por los nazis la noche del 9 de noviembre de 1938, conocida como Kristallnacht (la noche de los cristales rotos). En 1967, Emil Fackenheim formuló un «614.º mandamiento» para los judíos, añadido a las 613 reglas tradicionales de culto y comportamiento del canon ortodoxo, que decía así: «Se prohíbe a los judíos conceder victorias póstumas a Hitler». Hacer lo que él es una victoria póstuma. En la actualidad, es muy probable que Fackenheim no fuera bien recibido en Israel, la «única democracia en Oriente Medio» como dicen los fanáticos neoliberales. Tampoco lo sería el heterodoxo e «izquierdista» Baruch Spinoza, apuñalado por un fanático de su misma sinagoga en Holanda. Spinoza fue expulsado de su comunidad. Su nombre ha sido adoptado por una Fundación catalana judía que "educa para la tolerancia y la memoria del Holocausto". Me temo que es más un lobby que una institución educativa.

¿Cuánto cuesta el hierro?, de Bertolt Brecht, narra una serie de asesinatos efectuados por un desconocido que llega a un pueblo para comprar hierro. En la obra original, escrita en 1939, el autor denuncia al fascismo con la complicidad de Suecia, en el inicio de la Segunda Guerra Mundial, tras la llegada de Hitler al poder. ¿Cuánto cuesta el hierro? es una obra de propaganda y didáctica a un tiempo. Plantea que la neutralidad sueca -ante lo que ya se perfilaba como una segunda guerra mundial- implicaba la complicidad de este país con la Alemania nazi de Hitler y, conjuntamente con esto, el favorecimiento a que se desate la guerra, por proveer de una materia prima indispensable para el rearme alemán: el hierro.

La obra da a entender que Suecia sostenía su neutralidad por ambición económica -a partir de creer que podía mantenerse fuera del conflicto armado-, y que su posición «teórica» de alegar por la paz no se condescendía con su política internacional. La moraleja o lección es clara: la pena de la historia por no tomar partido a favor de poner un freno al expansionismo alemán en Europa consistiría en convertirse en víctima del monstruo que no sólo se dejó crecer, sino que se alimentó.

Un puñado de jóvenes amantes del teatro del Grup Gimnàstic Lluïsos de L'Esplanada, animados por el foco irradiador del Grup del Casal de Mataró, quisimos representar esa obra. Quedó en nada, a pesar que no necesitábamos muchos personajes. Después nos informamos que la censura la había prohibido en otro lugar. Esa obra de Brecht mostraba bien a las claras el cinismo de las supuestas democracias liberales cuando tienen que escoger entre la bolsa o la vida. El paralelismo entre el ascenso del nazismo y el actual ascenso del sionismo militarista, por mucho que intentemos entender su afán de defensa ante un entorno hostil, tiene sentido por la magnitud de los hechos, más aún teniendo en cuenta que se han transfigurado, en el curso de pocas generaciones, de mártires a verdugos, apenas sin transición.

SOBRE TERRORISMOS Y TERRORISTAS. USO Y ABUSO A CONVENIENCIA

Estados Unidos, el único imperio militarmente existente, ha hecho de su capa un sayo y ha tildado de terrorista a aquellos actores incómodos a su política de única potencia dominadora global: ha incluido en su lista de estados parias y/o de organizaciones terroristas, según le ha convenido. Eso, hasta los más cínicos lo reconocen; no sólo eso, sino que ha alimentado esos terrorismos contra las potencias rivales.
     En el caso de Israel esa doble  moral y doble contabilidad es flagrante. El ejemplo más claro es el de Menájem Beguin, quien en 1942 se convirtió en el líder de un grupo armado, Irgún, y en 1944  declaró formalmente el inicio de la rebelión contra las autoridades del Mandato Británico. En 1946 siendo Beguín líder del Irgún, dicha organización terrorista atentó contra el Hotel Rey David, situado en Jerusalén.  El explosivo colocado por la organización de Beguín detonó llevándose consigo la vida de 91 personas. Este atentado fue calificado por Winston Churchill, defensor de la causa sionista, como «uno de lo más devastadores y cobardes crímenes que se habían reportado en la historia». Dos años después del atentado en el Hotel Rey David, la noche del 9 de abril de 1948, 132 paramilitares pertenecientes al Irgún y Leji asaltaron la aldea árabe de Deir Yassin, situada a 5 kilómetros de Jerusalén, donde fueron asesinados entre 107 y 120 aldeanos. La matanza fue condenada por los más altos representantes políticos e intelectuales sionistas, incluido Einstein, en la que acusaron al partido de Beguin de recurrir a métodos fascistas.
     Beguín fundó el partido político Herut (que más tarde sería el partido dominante en la coalición Likud), partido conservador. En 1977 el Likud ganó las elecciones en Israel, convirtiéndose así en primer ministro de Israel. A finales de ese año firmó los acuerdos de paz de Camp David con el presidente de Egipto Anwar el Sadat, para la retirada de las tropas israelíes del Sinaí y la creación de una autonomía palestina, por los cuales ambos dirigentes fueron galardonados con el premio Nobel de la paz (1978).

CAMBIO GLOBAL DE ALIANZAS

El fascismo internacional, y el español, con Franco a la cabeza,  presentó a los judíos como enemigos. La potencia hegemónica al acabar la II Guerra Mundial, EEUU, también, aun con la presencia ostensible de destacados miembros de las élites norteamericanas en determinados sectores. Philip Roth, el gran novelista estadounidense, lo expresa en una de sus novelas más pesimistas, la Conjura contra América, donde figura que los judíos son perseguidos. La novela presenta unos Estados Unidos antisemitas en los años 1940. Roth había escrito en sus memorias Los hechos. Autobiografía de un novelista sobre las tensiones raciales y antisemitas que formaron parte de su niñez en Newark. Varias veces en ese libro describe ataques a los niños en su vecindario simplemente porque eran judíos.

Desde hace varias décadas es bien constatable que la derecha y la extrema derecha evangélica, anteriormente antisemita, han ido desplazando esa inercia hacia el anti-islamismo, tanto en el seno de los EEUU como en los movimientos en el tablero geopolítico. Los procesos migratorios de las antiguas colonias a la metrópoli, en especial a Francia, de grandes contingentes de religión musulmana, han hecho acrecentar el temor a todo lo que ello comporta. Convergieron la xenofobia colonialista y también los conflictos en Oriente Medio. 

En 1994, con motivo del décimo aniversario de la creación de la Coordinadora del Maresme per la Pau i el Desarmament, organizamos la presentación del libro de Fátima Mernissi en la Llibreria Robafaves. Contamos con la presencia de un ex vecino, Antoni Segura i Mas, actualmente presidente del CIDOB, y catedrático de historia, especialista en el mundo árabe. La elección del título no fue por casualidad, "Islam y Democracia. El miedo a la modernidad". Mernissi fue una escritora, historiadora, socióloga y feminista marroquí. Fue una autoridad mundial en estudios del Corán, defensora de los derechos de las mujeres en el mundo árabe e islámico y una de las voces más relevantes de la intelectualidad árabe,​ Premio Príncipe de Asturias en 2003.

La tesis central de Mernissi era que el Islam, ciertamente, necesitaba una actualización; que muchos intelectuales y más allá de los segmentos más ilustrados, sentían una envidia sana por el clima de libertad que se vivía en la Europa de postguerra, pero que la guerra del Golfo (1990), con EEUU a la cabeza, cambió radicalmente esa admiración por una decepción profunda, por un sentimiento de traición. Lo que vino después ya lo sabemos: regresión religiosa y fanatismo, guerras, destrucción, estados fallidos, con los yacimientos de petróleo como telón de fondo. La población catalana en especial, y la española en general, estuvo a la altura de un movimiento pacifista que ahora ha languidecido. De momento, la Unión Europea se empecina en no tener una voz propia ante su patio trasero, y lo pagaremos.

ROBERTO MESA IN MEMORIAM















LOS MITOS DEL NACIONALISMO JUDÍO



Cap comentari :

Publica un comentari a l'entrada