dijous, 26 de novembre del 2015

PERFIDIA II : EL CINISME DE LA GUERRA CONTRA EL "TERRORISME"

Joan Saura, secretari general d'ICV va dir algunes paraules que van incomodar a moltes persones "respectables". Va dir que el terrorisme tenia una lògica. Noam Chosmky, l'intel·lectual nordamericà i un dels referents morals mundials de l'esquerra alternativa hi insisteix: "El mal té una lògica i cal desxifrar-la si volem desactivar-la".
Noam Chomsky
Cal recordar aquestes paraules davant l'horripilant corrua d'atemptats recents de París. Sí, el mal té una lògica. Aquesta mateixa lògica de l'economia de mercat que va intentar esbrinar el barbut Marx  quan estudiava el funcionament d'aquest sistema que domina de forma aclaparadora el món actualment, i que desmentia la creença de Mandeville i la seva coneguda "faula de les abelles", segons la qual el mercat actua com una força misteriosa que fa que els interessos individuals s'harmonitzin, en contra del que deia el fundador del pensament polític modern, Thomas Hobbes ("Leviatan").
Com diu Eduardo Galeano, el segle XX es va inaugurar amb una crueltat com mai no s'havia doant anteriorment. I el segle XXI encara ho està superant.
Creació del CAOS pels serveis secrets
S'està demostrant que el comunisme no era el perill per a la societat "lliure" occidental". Tota la litúrgia ideològica del "telón de acero" (Churchill, símbol de l'imperi britànic) s'està mostrant com una maniobra gegantina de propaganda per amagar els interessos dels imperis que, com plaques tectòniques, intenten lluitar pels recursos. Per això necessiten del CAOS per atemorir les poblacions i debilitar la DEMOCRÀCIA, a jibaritzar-la fins a un punt de resignació, que ens porti a un neofexisme consentit.
El recurs a la guerra no és nou, i fins i tot Shakeaspeare el tracta, però ara, amb els recursos bèlics tan monstruosos a disposició dels humans, resulta espaordidor.



RAFAEL POCH

No es la coalición, sino la tensión entre potencias lo que tiene futuro en Siria

El Presidente francés, François Hollande, despliega estos días una enorme actividad encaminada a forjar esa “gran y única coalición” contra el Estado Islámico que los bárbaros atentados de París le han inspirado. El lunes recibió a David Cameron en París, el martes se encontró con Obama en Washington, ayer cenó con Merkel en el Elíseo y hoy recibe a Matteo Renzi antes de salir para Moscú a entrevistarse con Vladimir Putin. Esta actividad será inútil.

El motivo es que tal ofensiva no tiene la menor posibilidad ni intención de abordar el principal problema del momento: el sostén al enemigo declarado por parte de los Estados amigos del Golfo y de potencias de la OTAN, particularmente Arabia Saudita, Qatar, los Emiratos Árabes Unidos, Kuwait y Turquía. La propia OTAN, como tal, está mucho más preocupada por los “avances” rusos -los insólitos desafíos militares de Moscú, primero en Ucrania y ahora en Siria- que por el Estado Islámico que militarmente no es gran cosa.

El viernes, el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó por unanimidad la resolución francesa que llama a “redoblar y coordinar esfuerzos para prevenir y suprimir los actos terroristas cometidos por el Estado Islámico así como el Frente Al Nusra y los demás individuos, grupos, proyectos y entidades asociados con Al Qaeda y otros grupos terroristas”. Esa voluntad nace muerta mientras no se ponga orden en la coalición occidental. Y el problema es que eso no puede hacerse sin desestabilizar toda la geopolítica de occidente en la primera región energética del mundo.

En Siria hay tres fuerzas que combaten al espectro señalado por la resolución de la ONU: el régimen de Asad, dictatorial y sanguinario, los rebeldes kurdos y la aviación rusa. Las potencias occidentales y sus amigos del Golfo son hostiles a los tres; el cambio de régimen en Damasco ha sido hasta ahora la prioridad occidental, los rebeldes kurdos son bombardeados por Turquía, y el derribo del avión ruso y los apoyos que ha recibido en Bruselas y Washington, hablan por si solo. Y eso en la hipótesis más optimista de que no hubiera un acuerdo previo de Turquía con la OTAN respecto al derribo del avión.

Para quienes definen la estrategia belicista en Bruselas y Washington -que son los mismos- que Rusia se haya metido en el avispero sirio y que el ejercito de Asad avance posiciones gracias a ello, es mucho peor que el Estado Islámico. Respecto a Turquía y los amigos del Golfo, basta con echar un vistazo al documentado informe de Nafeez Ahmed, un conocido periodista británico de The Guardian, para comprender el alcance de la broma.

Turquía ha proporcionado miles de pasaportes falsos al Estado Islámico, incluido a sus brigadistas europeos que entran y salen de la UE como Pedro por su casa, como se ha demostrado trágicamente en París. Turquía ha permitido el tránsito de columnas islamistas por su territorio para atacar a los kurdos en la ciudad siria de Serekaniye, informó el año pasado Newsweek. “Comandantes del Estado islámico nos decían que no temiéramos nada porque había una plena cooperación con los turcos”, explicó un técnico de esa organización citado por el semanario. En los tribunales y diarios turcos, son abrumadoras las pruebas y testimonios de esa complicidad, tanto en tráfico de armas, como de personas y de petróleo a lo largo de la frontera. El periodista Ahu Ozyurt del diario Hurriyet ha explicado su “conmoción” al conocer los sentimientos pro Estado Islámico de los “pesos pesados del AKP -el partido de Erdogan- en Ankara. “Son como nosotros, luchando contra siete grandes potencias en la guerra de independencia”, señalaba uno de ellos. “Prefiero tener al Estado Islámico de vecino que no al PKK”, el partido kurdo, decía otro, citado en el mencionado informe de Nafeez Ahmed.

Mientras las modernas armas antitanque occidentales y la financiación llegan al Estado Islámico y otras franquicias integristas a través de los amigos del Golfo, y mientras el petróleo y las personas circulan a través de la frontera turca, en Occidente se asombran por la resistencia y la expansión del proclamado enemigo, cuya logística y economía cuenta con complicidades tan flagrantes como inconfesables. En el Bundestag la vicepresidenta Claudia Roth, una partidaria de las “intervenciones militares humanitarias” se asombra de que la OTAN haya consentido a Turquía el entrenamiento y la transferencia de armas para los guerrilleros integristas. Cuando en septiembre del año pasado, en la comisión militar del Senado de Estados Unidos se le preguntó al entonces militar número uno del país si algún Estado árabe “aceptaba” al Estado Islámico, la respuesta del General Martin Dempsey, presidente del Estado Mayor Conjunto, fue meridiana: “conozco a grandes Estados árabes que lo financian”.

El martes en Washington Hollande propuso a Barack Obama que se selle la frontera turco-siria, un propósito elemental dada la situación, pero el Presidente de Estados Unidos no estuvo nada receptivo al respecto. Su mensaje general, además de defender el derribo del avión ruso, fue que Rusia no puede ser un “socio fiable” mientras apoye a Bashar el Asad.

“Detrás de la idea de una “gran y única coalición” contra el Estado Islámico que Hollande abrazó en su marcial discurso de Versalles del día 16, “está la voluntad de los rusos de primar sobre los americanos en Europa y dividir a la OTAN”, advierte un experto americano en declaraciones a Le Figaro. La lógica de bloque, de hacer pagar caro a Moscú su desafío militar -en Ucrania y en Siria- pesa en Washington mucho más que cualquier veleidad de coalición. Ante estas señales el propio Hollande vacila. Su visita de hoy a Moscú, significativamente la última de la serie, no aportará nada.

Sin sus amigos, sus cómplices y sus flujos, en y desde Turquía, Arabia Saudita y Qatar, el Estado Islámico no tendría gran cosa que hacer. El problema de la OTAN es que no puede actuar de verdad contra el Estado Islámico sin fortalecer a Asad y a los rusos, lo que aún incrementa más la ambigüedad.

Un estudio de la Rand Corporation de Estados Unidos, institución estrechamente vinculada al complejo militar-industrial, evocaba en 2008 así el nudo de la aparente incongruencia: tras evocar la “fuerte dependencia” que las economías de los países industrializados tienen del petróleo de Oriente Medio, concluía que, “Estados Unidos tiene motivos para mantener la estabilidad y buenas relaciones” con esos países. Naturalmente, siempre y cuando estén en el cuadro de la geopolítica occidental.

No era el caso de Siria, que se alineó con un proyecto energético ruso-iraní, negándose a firmar en 2009 el proyecto de oleoducto para llevar crudo saudí hasta Turquía. En lugar de eso Asad firmó en 2011 un acuerdo de 10.000 millones para otro oleoducto desde Irán-Iraq hasta el Mediterráneo (es decir hasta la Unión Europea), vía Siria, con participación de Gazprom el gran consorcio energético ruso. Eso eran palabras mayores que invitaban a Europa hacia una mayor autonomía internacional, algo a evitar. Hoy el acuerdo nuclear de Occidente con Irán abre de par en par la puerta a ese proyecto.

Fue entonces, en 2011, cuando empezaron los problemas para Asad. 250.000 muertos después, todos bombardean un país que ya ha dejado de existir, generando ese tipo de desolación material que es el caldo de cultivo para nuevos y futuros monstruos.

Las  víctimas de París son inseparables del más de millón de muertos que se ha cobrado hasta ahora la desastrosa serie de guerras emprendidas después del 11-S neoyorkino.“Formamos parte del terrorismo porque en Oriente Medio vendemos armas y libramos guerras petroleras y gasísticas”, dice Oskar Lafontaine. “Hasta que los Obama, Merkel y Hollande no comprendan que las madres de Afganistán, Iraq, Siria, Yemen, y de todos los lugares en los que la “comunidad de valores Occidental” promueve guerras, lloran a sus hijos igual que las de París, no estaremos en situación de luchar contra el terrorismo”, dice Lafontaine.

“La causa del terrorismo está en las guerras entre potencias para controlar una zona del mundo en la que se produce una riqueza inmensa », dijo ayer Jean-Luc Mélenchon en el Parlamento Europeo.

Así que, de momento, no va a ser la coalición de Hollande contra el Estado Islámico, sino la tensión entre potencias animada por el Imperio del Caos, lo que tiene un buen futuro en Siria. Hasta el próximo desastre.

NAZANÍN ARMANIAN

NAZANÍN ARMANIAN:
23 VERDADES INCÒMODAS SOBRE EL ESTADO ISLÀMICO

1 – El grupo que hoy lleva el nombre del Estado Islámico (EI) es el monstruo creado en los laboratorios del Pentágono allá por 1978 en Afganistán para derrocar al gobierno marxista del Doctor Nayibulah  y para acosar a la Unión Soviética desde sus fronteras del sur. El uso del fundamentalismo religioso (católico e islámico) fue verdaderamente rentable: nada menos que la desintegración de la URSS producida sobre los errores y las traiciones cometidas por los líderes soviéticos. Desde entonces, EEUU no lo ha vuelto a soltar. John Kerry ha llegado a confesar que “los talibanes no son sus enemigos”, y se refería a los acusados de volar las Torres Gemelas. Las últimas redes  stay-behind de Washington (los grupos que ha utilizado y controlado en su beneficio) han sido:

a) El Ejército de Liberación de Kosovo (UCK): el grupo alqadista, respaldado por la Fuerza de Estabilización de Bosnia de la OTAN, para derrocar a Milosevic y desintegrar Yugoslavia, es el primer ensayo de EEUU en la “guerra humanitaria“. Tras la invasión de la OTAN, aquel país ha sido uno de las principales bases del yihadismo wahabita en Europa. Abdelmajid Bouchar, implicado en  el atentado del 11-M de España, fue detenido en Belgrado en 2005.

b) Ansar al-Sharia y los rebeldes de Liberación Libia: fueron financiados para derrocar a Gadafi, llevando al país al borde de la guerra civil y a una nueva agresión de EEUU bajo la llamada “Operación Nueva Normalidad” que garantizaría la estabilidad del país, que no su democratización prometida.

c) “Ejército de Liberación” contra el régimen de Asad: incluye también “rebeldes” islamistas, entre ellos el EI, y  sigue siendo financiado por Washington y sus aliados para destruir el Estado de Siria.

2 – Si es cierto que el EI, el grupo terrorista mejor financiado de la Historia, es la nueva amenaza para la paz mundial; que Qatar es, según el ministro alemán de Desarrollo, Gerd Mueller, el cajero automático del EI; y Arabia saudí es, como revela Hillary Clinton, el pagador del terrorismo yihadista global, ¿por qué la ONU y EEUU no actúan contra estos patrocinadores del terrorismo? Respuesta: porque supondría morder la mano que te da de comer. EEUU ha firmado un acuerdo de venta de armas con Arabia Saudí por valor de 640 millones. Y Riad ha utilizado estas armas made in USA para aplastar las protestas democráticas de Bahréin y de Yemen, dos bases militares de EEUU en la zona. Y todo ellos sin la autorización de la ONU.

3 – Cómo puede EEUU vigilar al milímetro la aplicación de las sanciones impuestas sobre el gas y el petróleo de Irán y Rusia, y no lo hace con el contrabando de petróleo de los “petro-terroristas” en Irak, donde cuenta con los ojos de los 55.000 efectivos que tiene desplegados en el país.

4 – ¿Por qué EEUU no reaccionó cuando el EI atacó el almacén subterráneo iraquí con 2.500 cohetes con gas Sarin? ¿Por qué tampoco actuó cuando el 9 de julio el embajador iraquí ante la ONU anunció que los yihadistas, durante su ataque a la Universidad de Mosul, se habían llevado 40 kilogramos de uranio?

5 – ¿Cómo es posible que las armas más mortíferas y avanzadas del mundo, en manos de EEUU y sus socios, no puedan ni hacer un rasguño a unos miles de individuos armados con palos y dagas? Desde el pasado 20 de septiembre, EEUU ha lanzado 150 bombardeos contra zonas controladas por el EI. En 1991, hubo hasta 110.000 ataques aéreos durante 42 días, que lanzaron unas 90.000 toneladas de explosivos sobre Irak, que mataron a unas 300.000 personas, provocaron la huida de seis millones de personas de sus hogares y dejaron al país sin piedra sobre piedra. Si hoy dicen que esta guerra durará años, es por el mismo objetivo por el que no se deshicieron de Saddam entre 1991 y 2003: le necesitaban como el peligroso coco que amenaza al Occidente para militarizar toda la región. Por aquel entonces nadie preguntó si el dictador iraquí tenía aquellas malditas armas de destrucción masiva, ¿por qué no las utilizó en 1991 para defenderse?

6 – ¿Es posible que los 13 ataques aéreos contra 12 refinerías de petróleo sirio (que no posiciones del EI) tengan el objetivo de aplicar un embargo económico no declarado ni legal contra el país, parecido a lo que impusieron a Irak matando a medio millón de niños, más que los pequeños asesinados por la bomba de Hiroshima?  Para Madeleine Albright, la primera secretaria de Estado de EEUU, no era más que “el precio que merecía la pena pagar” ¡Claro! ¡No se trataba de sus hijos! ¿Cómo se puede esperar de tales personas solidaridad o compasión con los oprimidos?

7 – El método de reclutar terroristas del EI por Arabia Saudí es el mismo usado por Bush durante la agresión a Irak: utilizar a inmigrantes condenados a muerte para que, a cambio de salvar sus vidas y conceder una pensión a sus familias, luchen en las filas de los grupos que dirige en el mundo.

8 – Insinuar desde Occidente que el EI puede convertirse en una amenaza incluso para Arabia Saudi es sólo una advertencia a Riad por sus coqueteos militares con Moscú (incluso Egipto y Líbano han comparado armas a Rusia con el dinero saudí) y criticar a Obama por su acercamiento a Irán. EEUU pretende retener a Riad en su esfera, advirtiéndo que sólo Washington puede salvar a las monarquías prehistóricas árabes de otras primaveras, provocadas o auténticas. De ese modo, el EI también ejerce de Espada de Damocles en manos de Obama y colgada encima de las cabezas de los jeques por si se atreven a retirar sus fondos de las instituciones financieras de EEUU y la Unión Europea.

9 – Turquía, miembro de la OTAN, acoge, entrena, cura y alimenta con kebabs a los hombres del EI, y obviamente no para que éstos liberen a los oprimidos sirios de Asad.

10 – Los rebeldes ─tanto yihadistas como otros─ , con su  “caos creativo”, han conseguido uno de los principales objetivos: destrozar el eje chií entre Irán-Siria-Irak-Hizbolá.

11 – Esta situación ha saboteado la convocatoria de Teherán de este septiembre con las compañías petroleras occidentales para que inviertan en Irán. Riad y Tel Aviv lo celebran.

12 – El gran salto de los jeques saudíes al escenario internacional es asombroso: han extendido su influencia desde Qatar (tras el golpe de Estado de Al Thani, el hijo contra el padre), a Yemen, Egipto,  Libia, Sudan, Somalia, e, incluso varios países europeos. Y una última jugada en el Consejo de Seguridad: impidieron que Turquía se hiciera con el sillón disputado con España, ofreciendo una mega cena (¿y algo más?) a los votantes, quienes en otro banquete organizado por Ankara les habían prometido a los turcos sus votos.

13 – Esta nueva amenaza planetaria musulmán no hizo nada contra Israel durante la última masacre a los gazatíes. Y es que el EI tampoco muerde la mano de Netanyau, quien les ha comprado (es decir, también financia) el petróleo que los kurdos iraquíes suministran. Por cierto, el cuartel de los alqaedistas de Al Nasra está a poca distancia de la base militar de Israel en los Altos de Golán. A eso llaman la “coexistencia pacífica”.

14 – El mapa de las alianzas cambia en perjuicio de Siria e Irán: Bashar Al Asad se negó a bombardear las posiciones del EI en Kobani, ni autorizó a Irán que lo hiciera por  haberle traicionado. Se unieron a los rebeldes en la operación “Volcán de Éufrates” para expulsar a los islamistas y se reunieron en secreto con los agentes de EEUU. ¿Obama tardó en dar el apoyo de EEUU a Kobani esperando arrancar el compromiso de la “izquierda” kurda para apuntarse en la coalición contra Asad?

15 – Así las cosas, ¿con qué lógica Arabia, Qatar o Turquía, de repente, pueden apuntarse a la “Coalición anti-terrorista” para atacar a sus propias criaturas? A Erdogan le preocupan los kurdos, y no los yihadistas. Que, de repente, haya permitido la ayuda de los kurdos iraquíes a Kobani se debe a la advertencia de Abdullah Öcalan sobre romper las negociaciones de paz  con Ankara.

16 – Israel y Arabia Saudí, con el caos creado por el EI, ponen el último clavo al ataúd de la doctrina Obama basada en contener a China: ahora en vez de llevar sus tropas a las proximidades del gigante asiático, se quedarán en la zona, resucitando la “doctrina Carter” de mantener el control absoluto sobre los países del Golfo Pérsico y sus 800.000 millones de barriles de petróleo. Pekín celebra este giro, con lo que ni se ha molestado en denunciar esta nueva invasión ilegal de EEUU ante la ONU.

17 – Reclutar a los muyahidines afganos en 1978 le costó a EEUU unos 3.500 millones de dólares. La ocupación de 2001 hasta 2012, supusieron otros 6.000 millones al mes a la OTAN, a pesar de su fracaso.  ¿Cuánto le costará a los ciudadanos  de esta “coalición” la nueva guerra contra Irak, Siria (e Irán)?

18 – Que los conflictos en Oriente Próximo hicieron que el presupuesto de defensa de EEUU pasara de 301.000 millones de dólares en 2001 a 720.000 en 2011, año de las primaveras árabes, en el que el Gobierno de Obama vendió unos 66.000 millones de dólares en armas a 140 países del mundo, la mayoría “violadores de los derechos humanos”, según la lista del propio presidente estadounidense.

19 – Y la guinda:  los beneficiarios inmediatos de esta situación son las compañías armamentísticas de EEUU (Boeing, Lockheed Martin, Raytheon), cuyas accione han subido en bolsa desde hace tres meses, desde que suministran armas a los países de la coalición contra el EI. Raytheon ha conseguido un beneficio del 8,3% y ha firmado un contrato de 251 millones de dólares para fabricar misiles Tomahowk. Sólo el 23 de septiembre, EEUU lanzó 47 de estos misiles sobre Irak. El valor de cada uno es de 1,4 millones.

20 – ¿Es más cruel EI que los carteles de droga mexicanos, por ejemplo? En 2014 han muerto 9.000 iraquíes, en México, unas 16.000 personas (en seis últimos años, unas 60.000). Esta mafia también secuestra, viola, tortura, corta cabezas y dedos, esclaviza a miles, y utiliza a los niños para transportar droga. Y todo ello sucede en la larga frontera de EEUU, mientras a Obama le preocupa más lo que ocurre a miles de kilómetros de su país. La actual crisis ─que prometen alargarla hasta que el infierno se congele─ es consecuencia de los anteriores ataques a Irak, y de la destrucción de sus instituciones, y no, como afirman los republicanos, del resultado de retirar parte de las tropas.

21 – EEUU está atrapado en una paradoja: destruye estados vertebrados (Irak, Libia, Siria) para instalar en su lugar gobiernos débiles para poder manejarlos, ignorando que éstos, justamente por ser frágiles, son incapaces de garantizar una mínima seguridad siquiera para el trabajo de las compañías occidentales, quienes en su mayoría han tenido que abandonar Libia, por ejemplo.

22 – En la región reina el “realpolitik”, y cualquier intento de explicar este conflicto con argumentos étnico-religiosos sólo hará que los árboles impidan ver el bosque y la enorme complejidad de la situación.

23 – Que EEUU y sus aliados, ni la ONU y los propios Estados de la región, nunca han presentado un plan de paz para estos interminables conflictos.

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