La arrogancia y la prepotencia con que Podemos irrumpió, hace cinco años, en el panorama de mi ciudad, y creo que en otros puntos de España, me recordó a la prepotencia y arrogancia de aquellos nuevos millonarios electorales del PSOE, con aquel cartel que pagó el SPD alemán, con un Felipe González mirando al horizonte. No querían saber nada de la "vieja izquierda" que representábamos los de ICV-EUiA. A sabiendas que sin nuestro trabajo de "picar piedra", que sirvió de vivero para generaciones de rebeldes ante el statu quo de la sociovergencia, ellos mismos no hubieran tenido ese humus para brotar.
Esa misma arrogancia detecto ahora con el apoyo mediático a MÁS PAÍS de Iñigo Errejón. Los diarios digitales y las cadenas, que antes se entregaron con entusiasmo, o con disimulo, a la nueva formación política, impugnatoria de las políticas acomodaticias del PSOE, el gran partido del centro político español.
De la boca de Iglesias y de Errejón salieron palabras indignas y displicentes hacia Cayo Lara, hacia el PCE, hacia Izquierda Unida. La nueva política en Cataluña también señaló a ICV como el "banco malo" a la hora de confluir. Ningún dirigente de ICV podía ser cabeza de lista, cuando todos sabíamos que la mejor cabeza y honestidad política era la de Joan Coscubiela. Ni Herrera, Ni Camats, ni Ricard Gomá servían, pues eran actores "obsoletos". Esa tendencia aún sigue cuando se proponen soberanistas o independentistas como caras visibles, aun siendo conscientes que nuestro electorado es mayoritariamente no independentista ni soberanista.
En esa fase del ciclón mediático y político que decía representar los anhelos del 15-M, Iglesias daba la cara como líder de un movimiento de fans, mientras que Errejón organizaba el partido más vertical a pesar de llenarse la boca en alusión de los círculos, que más que asambleas, parecían terminales, al estilo de la red Rousseau de los grillini italianos.
Errejón situó a Sergio Pascual como secretario de organización. La consigna era clara: nada de confluir con Izquierda Unida. Hasta que los errejonistas perdieron poder no se pudo avanzar en la construcción de un bloque de izquierda unitario. A pesar de los pesares y a pesar de las dificultades, rencores, resentimientos y desconfianzas se empezó, por ambas partes cierta andadura estratégica. El hiperliderazgo, esa enfermedad infantil del capitalismo y populismo líquido ha sido el gran obstáculo.
La OPA hostil a IU fue de libro, como denunció Cayo Lara: quedarse con los cuadros ante el aluvión de personas sin experiencia organizativa en muchos casos, trepas, entristas y resentidos de minoritarios escindidos del PSUC o de IU. En Mataró y el Maresme lo hemos sufrido en nuestras propias carnes... Era tiempo de mudanza, de labilidad y exhibicionismo mediático.
Más tarde, sí, en la Farga de l'Hospitalet, aplaudí a rabiar a Iñigo Errejón y su enjundia dialéctica, su verbo castellano luminoso y su capacidad de sintetizar conceptos políticos en tiempos de improvisación política.
En Mataró, en el Parque Central, admiré la claridad argumental de Iglesias, su fortaleza ideológica, su visión estratégica, cuando ya había arreciado la campaña de enfangamiento de la reputación del nuevo movimiento: bolivarianos, la dictadura venezolana, la beca black de Errejón, etc.
El PSOE en 1982 consideró amortizado al PCE, el PSOE se llenó de arribistas o "pragmáticos" ex PCE, exPSUC. Los cuarenta años de vacaciones no le penalizaron; al contrario, le inmunizaron del odio anticomunista de los postfranquistas y del miedo de la mayoría silenciosa a una nueva confrontación. Un voto de aluvión sin cuadros pudo continuar siendo nominalmente de izquierdas, para convertirse en el Partido del Estado después del golpe. Como dijo certeramente Manuel Vázquez Montalbán, España se articula a través de la Guardia Civil, el PSOE y la Liga de Futbol. Convenía a los poderes europeos, convenía a los Estados Unidos, convenía después del desmoronamiento e implosión del partido de Adolfo Suárez, la Unión del Centro Democrático.
Rezamos un responso por el PCE y por el PSUC, los amortajamos con los retales que nos habían quedado de tantas rasgaduras de vestiduras (escisiones) y nos reseteamos. Primero, Convocatoria por Andalucía, de donde Rafael Ribó tomó la fórmula de Iniciativa per Catalunya, y de allí a Izquierda Unida, la organización hermana, nacida a rebufo de la Plataforma Cívica anti-OTAN.
Convocatoria por Andalucia propuso el JUNTOS PODEMOS. Los psoecialistas, de Pepe de la Borbolla y compañía replicaron: SOLOS TAMBIÉN. Como vemos, Pedro Sánchez no ha inventado nada nuevo: volver a la consigna del "voto útil"
Podemos también consideró que ICV, Izquierda Unida, estaban amortizados. El "arriba y el abajo", "la casta", los "significantes vacíos" y basculantes de Laclau, sustituyeron los conceptos de lucha de clase de la tradición de la izquierda, que combinaba con el posibilismo minoritario en algunos gobiernos de coalición con el PSOE en ayuntamientos y gobiernos regionales. Los "asaltantes de los cielos" creían que estábamos domesticados (ICV-IU). Éramos veteranos de mil batallas desde la transición. Prejubilados y jubilados yayoflautas. Carecíamos del vigor y las nuevas formas de hacer política en las redes sociales de ese joven movimiento. Sin embargo, ese mismo movimiento necesitaba de la honestidad de los viejos luchadores, y situó en sus listas gente de reconocida solvencia y resiliencia seniors, como los Villarejo, primero, en Podemos, y Navarro en CSQP, por ejemplo. Necesitaban la legitimidad de los perdedores de la historia, como diría Walter Benjamin. Y lo hicieron muy bien. Como el fichaje de Manuela Carmena.
Como Ícaro, se acercaron mucho al sol; la brutalidad del ensañamiento y del ensuciamiento personal hacia sus dirigentes, como también ha pasado con Melenchon en Francia, y por la vía del aplastamiento con Tsipras, tuvo sus efectos. Las alas se quemaron. Los cielos se convirtieron en buhardillas. Y un buen día, a Podemos, al chupasangres electoral del PSOE, al vampiro político del partido del gran centro español, que con Pedro Sánchez se populizó y se podemizó, se decidió clavarle una estaca en pleno corazón, pues así se mata a los vampiros. No fue suficiente con Ciudadanos de Rivera y su deriva a la extrema derecha.
Así es como lo veo yo. Me irrita que en Cataluña se imponga un candidato soberanista en EN COMÚ PODEM cuando nuestro electorado no lo es. Me irrita que Colau, en su caso; que Iglesias en el otro, ejerzan un hiperliderazgo que debilita tanto a las organizaciones que luchamos por la igualdad, etc..., pero la operación de MÁS PAÍS no se puede justificar tan solo por la temeridad de Iglesias al no aceptar una porción de gobierno de coalición.
Primero hay que convertir a Podemos en retales, como se hizo con los exPCE que no quisieron integrarse en la casa madre del PSOE. El caso de uno de mis ídolos, del inteligente Jordi Solé Tura, puede servir de antecedente: su compañera de fatigas y militancia, Eulalia Vintró, se enteró por los medios que cambiaba de partido político. Joan Herrera y Dolors Camats se enteraron que Romeva había cambiado de residencia ideológica (ERC) también por los medios.
¿Cambiaron algo en el PSOE? ¿Como Izquierda Socialista? Más bien, no. La jibarización de Podemos es lo que se pretende, en un sistema electoral prácticamente mayoritario. Si el multipartidismo no se consolida ese será el panorama que nos espera.
¿Y qué panorama es ese? Probablemente, el aumento de la DEMOCRACIA METACONSTITUCIONAL, que es un palabro que me acabo de inventar, y que literalmente, significa ir más allá de la constitución con música minimalista, sin que se note. Más poder a los que ya lo tienen y menos derechos para el resto, la mayoría de nosotros. En la cúpula parasitada de la judicatura, que substituye a la negociación política, en el monarca, que osa hacer discursos sin que el primer ministro Rajoy (presidente pasota, ya lo sabemos) lo elabore, que oriente la investidura en un sentido "conveniente" para el establishment, que se impregne de extrema derecha los sindicatos policiales, como Jusapol.... Si a Mateo Salvini se le ha frenado ha sido gracias a la constitución antifascista, con fuerte inspiración comunista; si Boris Johnson no ha podido cerrar el Parlamento ha sido por el constitucionalismo secular de los británicos, donde el Parlamento es el centro de gravedad.
El "candado del Régimen del 78" se fraguó después del golpe de Estado de Tejero, cuando el rey campechano desechó a Suárez, la corrupción del PSOE y el Aznarato. Hay que reverdecer los aspectos progresistas de la Constitución que, ahora, Podemos parecía recuperar para quitarle el óxido corrosivo, como la aplicación del artículo 135 con nocturnidad y alevosía, y la devaluación interna que el ordo alemán reclamaba.
Eso es lo que está en juego.
La locuacidad de Errejón intenta enmascararlo de otra forma: "Si queremos cosas diferentes (el desbloqueo de la investidura) hay que votar diferente". otro significante vacío. Nos hallamos ante una escisión, una guerra interna, una sangría en la ilusión impugnatoria que pretendía recuperar derechos. Y, como decía Platón, "sólo los muertos han visto el fin de la guerra".
¿Cómo es posible que personas con muchos sombreros políticos en sus cabezas (Tania Sánchez, Inés Sabanés) puedan decir tan tranquilamente que "estamos ante una reconfiguración de un espacio político que es necesaria. Y después ya nos reencontraremos"? ¿Ignoran o pretenden ignorar que la militancia, en la izquierda, no es una sucripción a una revista; que se vive con la cabeza, con el esfuerzo y con el corazón? Si no fuera así, ¿cómo se hubiera resistido al franquismo? ¿cómo sería posible recomenzar una y otra vez después de tantas derrotas electorales y desengaños por el abandono de la socialdemocracia por parte del PSOE? En Cataluña nos ha costado más de treinta años reencontrarnos a los hermanos separados del PSUC. Sabanés, Sánchez: mala fe o ignorancia histórica. No me vale, aunque pueda ser realidad, la competencia virtuosa en las circunscripciones mayores. En Cataluña lo hicimos con Maragall, e incluso en la Farga organizamos un míting conjunto. En este caso hay sangre y desgarro. Con mucha psicología mediática pròpia de los realitys.
Emulando al decano de los filósofos alemanes, Errejón ha cambiado a Laclau por Jürgen Habermas y su patriotismo constitucional. Estamos de acuerdo que necesitamos reivindicar una patria ante el avance de los mercados. Pero este tecnólogo electoral que es Errejón no puede ignorar que la "patria" siempre se ha construido en contraposición al enemigo o al adversario y con un ejército. Pero el ejército español, no es la selección de futbol de Iniesta, y el orgullo por "la roja", sino algo más... Y el ejército español, de ADN colonial, nunca ha ganado ninguna batalla: sólo la batalla de la exterminación de los rojos españoles, de sus propios supuestos "compatriotas".
Errejón es un artista de los eufemismos, de la plastificación de los conceptos incómodos y complejos en los que resuene el concepto clase, aunque, como dice Ulrich Beck sea ya un concepto zombi. Es cierto que estamos en una sociedad compleja y cada vez son más inútiles las aparentes soluciones simplistas. MÁS PAÍS, o MÁS ESPAÑA, que es lo que se vislumbra detrás de esas siglas, esconden una cesión ideológica a aquellos que no aceptan un estado plurinacional, en consonancia o en sintonía con Pedro Sánchez y su grandiosa bandera. Así no se resolverá el conflicto territorial español, ni los paraísos fiscales internos, ni con equiparaciones de terrorismo de ETA low cost que le vienen tan bien al independentismo carlista.
Por todo ello, impugno la maniobra de Errejón y sus seguidores. Y espero que Pedro Sánchez, que ha hecho de telonero del expodemita no se vaya de rositas si el PP, por incomparecencia de los contrincantes, consigue formar gobierno y matar la esperanza con los jirones y los retales de las vestiduras de los partidos de la izquierda a vabor del PSOE.
PD: Una película japonesa, OKURIBITO. Me impresionó DESPEDIDAS: el arte de amortajar, con poesía, sensualidad, ternura y respeto (minuto 52, 1 h. 21 min., 1 hora, 35 min, 2 horas)
Esa misma arrogancia detecto ahora con el apoyo mediático a MÁS PAÍS de Iñigo Errejón. Los diarios digitales y las cadenas, que antes se entregaron con entusiasmo, o con disimulo, a la nueva formación política, impugnatoria de las políticas acomodaticias del PSOE, el gran partido del centro político español.
De la boca de Iglesias y de Errejón salieron palabras indignas y displicentes hacia Cayo Lara, hacia el PCE, hacia Izquierda Unida. La nueva política en Cataluña también señaló a ICV como el "banco malo" a la hora de confluir. Ningún dirigente de ICV podía ser cabeza de lista, cuando todos sabíamos que la mejor cabeza y honestidad política era la de Joan Coscubiela. Ni Herrera, Ni Camats, ni Ricard Gomá servían, pues eran actores "obsoletos". Esa tendencia aún sigue cuando se proponen soberanistas o independentistas como caras visibles, aun siendo conscientes que nuestro electorado es mayoritariamente no independentista ni soberanista.
En esa fase del ciclón mediático y político que decía representar los anhelos del 15-M, Iglesias daba la cara como líder de un movimiento de fans, mientras que Errejón organizaba el partido más vertical a pesar de llenarse la boca en alusión de los círculos, que más que asambleas, parecían terminales, al estilo de la red Rousseau de los grillini italianos.
Errejón situó a Sergio Pascual como secretario de organización. La consigna era clara: nada de confluir con Izquierda Unida. Hasta que los errejonistas perdieron poder no se pudo avanzar en la construcción de un bloque de izquierda unitario. A pesar de los pesares y a pesar de las dificultades, rencores, resentimientos y desconfianzas se empezó, por ambas partes cierta andadura estratégica. El hiperliderazgo, esa enfermedad infantil del capitalismo y populismo líquido ha sido el gran obstáculo.
La OPA hostil a IU fue de libro, como denunció Cayo Lara: quedarse con los cuadros ante el aluvión de personas sin experiencia organizativa en muchos casos, trepas, entristas y resentidos de minoritarios escindidos del PSUC o de IU. En Mataró y el Maresme lo hemos sufrido en nuestras propias carnes... Era tiempo de mudanza, de labilidad y exhibicionismo mediático.
Más tarde, sí, en la Farga de l'Hospitalet, aplaudí a rabiar a Iñigo Errejón y su enjundia dialéctica, su verbo castellano luminoso y su capacidad de sintetizar conceptos políticos en tiempos de improvisación política.
En Mataró, en el Parque Central, admiré la claridad argumental de Iglesias, su fortaleza ideológica, su visión estratégica, cuando ya había arreciado la campaña de enfangamiento de la reputación del nuevo movimiento: bolivarianos, la dictadura venezolana, la beca black de Errejón, etc.
El PSOE en 1982 consideró amortizado al PCE, el PSOE se llenó de arribistas o "pragmáticos" ex PCE, exPSUC. Los cuarenta años de vacaciones no le penalizaron; al contrario, le inmunizaron del odio anticomunista de los postfranquistas y del miedo de la mayoría silenciosa a una nueva confrontación. Un voto de aluvión sin cuadros pudo continuar siendo nominalmente de izquierdas, para convertirse en el Partido del Estado después del golpe. Como dijo certeramente Manuel Vázquez Montalbán, España se articula a través de la Guardia Civil, el PSOE y la Liga de Futbol. Convenía a los poderes europeos, convenía a los Estados Unidos, convenía después del desmoronamiento e implosión del partido de Adolfo Suárez, la Unión del Centro Democrático.
Rezamos un responso por el PCE y por el PSUC, los amortajamos con los retales que nos habían quedado de tantas rasgaduras de vestiduras (escisiones) y nos reseteamos. Primero, Convocatoria por Andalucía, de donde Rafael Ribó tomó la fórmula de Iniciativa per Catalunya, y de allí a Izquierda Unida, la organización hermana, nacida a rebufo de la Plataforma Cívica anti-OTAN.
Convocatoria por Andalucia propuso el JUNTOS PODEMOS. Los psoecialistas, de Pepe de la Borbolla y compañía replicaron: SOLOS TAMBIÉN. Como vemos, Pedro Sánchez no ha inventado nada nuevo: volver a la consigna del "voto útil"
Podemos también consideró que ICV, Izquierda Unida, estaban amortizados. El "arriba y el abajo", "la casta", los "significantes vacíos" y basculantes de Laclau, sustituyeron los conceptos de lucha de clase de la tradición de la izquierda, que combinaba con el posibilismo minoritario en algunos gobiernos de coalición con el PSOE en ayuntamientos y gobiernos regionales. Los "asaltantes de los cielos" creían que estábamos domesticados (ICV-IU). Éramos veteranos de mil batallas desde la transición. Prejubilados y jubilados yayoflautas. Carecíamos del vigor y las nuevas formas de hacer política en las redes sociales de ese joven movimiento. Sin embargo, ese mismo movimiento necesitaba de la honestidad de los viejos luchadores, y situó en sus listas gente de reconocida solvencia y resiliencia seniors, como los Villarejo, primero, en Podemos, y Navarro en CSQP, por ejemplo. Necesitaban la legitimidad de los perdedores de la historia, como diría Walter Benjamin. Y lo hicieron muy bien. Como el fichaje de Manuela Carmena.
Como Ícaro, se acercaron mucho al sol; la brutalidad del ensañamiento y del ensuciamiento personal hacia sus dirigentes, como también ha pasado con Melenchon en Francia, y por la vía del aplastamiento con Tsipras, tuvo sus efectos. Las alas se quemaron. Los cielos se convirtieron en buhardillas. Y un buen día, a Podemos, al chupasangres electoral del PSOE, al vampiro político del partido del gran centro español, que con Pedro Sánchez se populizó y se podemizó, se decidió clavarle una estaca en pleno corazón, pues así se mata a los vampiros. No fue suficiente con Ciudadanos de Rivera y su deriva a la extrema derecha.
Así es como lo veo yo. Me irrita que en Cataluña se imponga un candidato soberanista en EN COMÚ PODEM cuando nuestro electorado no lo es. Me irrita que Colau, en su caso; que Iglesias en el otro, ejerzan un hiperliderazgo que debilita tanto a las organizaciones que luchamos por la igualdad, etc..., pero la operación de MÁS PAÍS no se puede justificar tan solo por la temeridad de Iglesias al no aceptar una porción de gobierno de coalición.
Primero hay que convertir a Podemos en retales, como se hizo con los exPCE que no quisieron integrarse en la casa madre del PSOE. El caso de uno de mis ídolos, del inteligente Jordi Solé Tura, puede servir de antecedente: su compañera de fatigas y militancia, Eulalia Vintró, se enteró por los medios que cambiaba de partido político. Joan Herrera y Dolors Camats se enteraron que Romeva había cambiado de residencia ideológica (ERC) también por los medios.
¿Cambiaron algo en el PSOE? ¿Como Izquierda Socialista? Más bien, no. La jibarización de Podemos es lo que se pretende, en un sistema electoral prácticamente mayoritario. Si el multipartidismo no se consolida ese será el panorama que nos espera.
¿Y qué panorama es ese? Probablemente, el aumento de la DEMOCRACIA METACONSTITUCIONAL, que es un palabro que me acabo de inventar, y que literalmente, significa ir más allá de la constitución con música minimalista, sin que se note. Más poder a los que ya lo tienen y menos derechos para el resto, la mayoría de nosotros. En la cúpula parasitada de la judicatura, que substituye a la negociación política, en el monarca, que osa hacer discursos sin que el primer ministro Rajoy (presidente pasota, ya lo sabemos) lo elabore, que oriente la investidura en un sentido "conveniente" para el establishment, que se impregne de extrema derecha los sindicatos policiales, como Jusapol.... Si a Mateo Salvini se le ha frenado ha sido gracias a la constitución antifascista, con fuerte inspiración comunista; si Boris Johnson no ha podido cerrar el Parlamento ha sido por el constitucionalismo secular de los británicos, donde el Parlamento es el centro de gravedad.
El "candado del Régimen del 78" se fraguó después del golpe de Estado de Tejero, cuando el rey campechano desechó a Suárez, la corrupción del PSOE y el Aznarato. Hay que reverdecer los aspectos progresistas de la Constitución que, ahora, Podemos parecía recuperar para quitarle el óxido corrosivo, como la aplicación del artículo 135 con nocturnidad y alevosía, y la devaluación interna que el ordo alemán reclamaba.
Eso es lo que está en juego.
La locuacidad de Errejón intenta enmascararlo de otra forma: "Si queremos cosas diferentes (el desbloqueo de la investidura) hay que votar diferente". otro significante vacío. Nos hallamos ante una escisión, una guerra interna, una sangría en la ilusión impugnatoria que pretendía recuperar derechos. Y, como decía Platón, "sólo los muertos han visto el fin de la guerra".
¿Cómo es posible que personas con muchos sombreros políticos en sus cabezas (Tania Sánchez, Inés Sabanés) puedan decir tan tranquilamente que "estamos ante una reconfiguración de un espacio político que es necesaria. Y después ya nos reencontraremos"? ¿Ignoran o pretenden ignorar que la militancia, en la izquierda, no es una sucripción a una revista; que se vive con la cabeza, con el esfuerzo y con el corazón? Si no fuera así, ¿cómo se hubiera resistido al franquismo? ¿cómo sería posible recomenzar una y otra vez después de tantas derrotas electorales y desengaños por el abandono de la socialdemocracia por parte del PSOE? En Cataluña nos ha costado más de treinta años reencontrarnos a los hermanos separados del PSUC. Sabanés, Sánchez: mala fe o ignorancia histórica. No me vale, aunque pueda ser realidad, la competencia virtuosa en las circunscripciones mayores. En Cataluña lo hicimos con Maragall, e incluso en la Farga organizamos un míting conjunto. En este caso hay sangre y desgarro. Con mucha psicología mediática pròpia de los realitys.
Emulando al decano de los filósofos alemanes, Errejón ha cambiado a Laclau por Jürgen Habermas y su patriotismo constitucional. Estamos de acuerdo que necesitamos reivindicar una patria ante el avance de los mercados. Pero este tecnólogo electoral que es Errejón no puede ignorar que la "patria" siempre se ha construido en contraposición al enemigo o al adversario y con un ejército. Pero el ejército español, no es la selección de futbol de Iniesta, y el orgullo por "la roja", sino algo más... Y el ejército español, de ADN colonial, nunca ha ganado ninguna batalla: sólo la batalla de la exterminación de los rojos españoles, de sus propios supuestos "compatriotas".
Errejón es un artista de los eufemismos, de la plastificación de los conceptos incómodos y complejos en los que resuene el concepto clase, aunque, como dice Ulrich Beck sea ya un concepto zombi. Es cierto que estamos en una sociedad compleja y cada vez son más inútiles las aparentes soluciones simplistas. MÁS PAÍS, o MÁS ESPAÑA, que es lo que se vislumbra detrás de esas siglas, esconden una cesión ideológica a aquellos que no aceptan un estado plurinacional, en consonancia o en sintonía con Pedro Sánchez y su grandiosa bandera. Así no se resolverá el conflicto territorial español, ni los paraísos fiscales internos, ni con equiparaciones de terrorismo de ETA low cost que le vienen tan bien al independentismo carlista.
Por todo ello, impugno la maniobra de Errejón y sus seguidores. Y espero que Pedro Sánchez, que ha hecho de telonero del expodemita no se vaya de rositas si el PP, por incomparecencia de los contrincantes, consigue formar gobierno y matar la esperanza con los jirones y los retales de las vestiduras de los partidos de la izquierda a vabor del PSOE.
PD: Una película japonesa, OKURIBITO. Me impresionó DESPEDIDAS: el arte de amortajar, con poesía, sensualidad, ternura y respeto (minuto 52, 1 h. 21 min., 1 hora, 35 min, 2 horas)
De nou, gràcies pel text.
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