ERIC HOBSBAWM és considerat un "pensador clau de la història del segle XX". És més, té la patent de l'etiqueta del SEGLE CURT (1917-1989), per referir-se al segle XX, que segons ell, des d'un punt de vista històric, comença el 1917 i acaba el 1989, sempre coincidint amb l'existència de la URSS.
Eric Hobsbawm també és conegut per la seva trilogia sobre les TRES EDATS. L'era de la revolució: Europa 1789-1848, publicada el 1962; L'era del capital: 1848-1875, publicada el 1975, i L'era de l'imperi: 1875-1914, editada el 1987, a la qual s'afegeix el 1994 "La Historia del siglo XX". Parlava anglès, alemany, castellà, italià i sabia llegir holandès, portuguès i català.
Eric Hobsbawm de cara difícil i regal per a caricaturistes, continua en la seva descripció del significat de "COMUNISTA" en les seves memòries:
"Los partidos comunistas de la época de la Internacional Comunsita eran totalmente distintos, incluso cuando afirmaban, a veces con razón, que habían arraigado firmemente en la clase obrera y que expresaban los intereses y aspiraciones de ésta. Eran los "revolucionarios profesionales" de Lenin, esto es, constituían obligatoriamente un pequeño grupo en términos relativos o absolutos de elegidos. Ingresar en una organización semejante era principalmente una decisión personal y, según reconocieron aquellos que invitaron a un "contacto" a entrar en el Partido y los hombres y mujeres que lo hicieron, suponía un cambio radical de vida. Era una decisión doble, pues permanecer en el Partido (o al menos en los países cuyo régimen no era comunista) implicaba la elección constante de no abandonarlo, posibilidad fácil y para la que siempre se estaba a tiempo. Para la mayoría de los que ingresaron en las filas del Partido, la militancia constituía un capítulo transitorio de su vida política. No obstante, a diferencia de la generación de 1968, pocos comunistas del período de entreguerras se involucraron con la revolución como si de un Club Med se tratara.
"Para aquellos de nosotros que nos hicimos comunistas antes de la guerra, y especialmente con anterioridad a 1935,la causa comunista era efectivamente algo a lo que teníamos la intención de dedicar nuestras vidas, y algunos así lo hicieron. Al final la diferencia clave estaría entre los comunistas que se pasaron la vida en la opoisición y aquellos cuyos partidos se alzaron con el poder, y que por lo tanto resultarían ser directa o indirectamente responsables de los actos de sus regímenes. El poder no corrompe necesariamentea a las personas en cuanto individuos, aunque no resulta fácil resistirse a esa corrupción. Lo que hace el poder, especialmente en tiempos de crisis y de guerra, es obligarnos a realizar actos que son inaceptables cuando los lleva a cabo un particular, y a intentar justificarlos. Los comunistas como yo, cuyos partidos nunca subieron al poder ni se vieron involucrados en situaciones que requieran decisiones acerca de la vida y la muerte de los demás (la resistencia, los campos de concentración), lo tuvimos más fácil.
"La militancia en esos "partidos de vanguardia"leninistas era, por lo tanto, una elección profundamente personal, pero no abstracta. Para la mayoría de los comunistas del período de entreguerras su ingreso en el Partido representaba un paso adelante en ese camino para alguien que ya estaba "en la izquierda" o que, en las partes del mundo donde cabía semejante posibilidad, ya era "antiimperialista"
"A pesar del ser tan amplio el número de ex comunistas de mi generación, resulta difícil encontrar entre ellos a individuos que se hayan pasado a la extrema derecha política. El camino de los comunistas decepcionados políticamente por lo general les condujo a otra rama de la izquierda política si aún eran lo bastante jóvenes, o, normalmente a través de distintos estadios, a una militancia anticomunista de corte liberal típica de la Guerra Fría, en la mayoría de los casos. Hasta en Estados Unidos tuvo que pasar una generación antes de que los intelectuales (antiestalinistas) de la izquierda neoyorquina abandonarn las antiguas lealtades familiares y se declarasen abiertamente "neoconservadores".
"Entre los años treinta y los cincuenta, antes de que la clase obrera tuviera al alcance de la mano las categorías profesionales más altas y la educación superior, los buenos aprendices o los activistas jóvenes y dinámicos de los talleres solían instruirse política e intelectualmente a través del Partido.
Éste formó a los futuros líderes nacionales del sindicalismo británico y, por supuesto, se proveyó de gente de clase obrera bien preparada para sus cuadros, circunstancia en la que un partido conscientemente "proletario" hacía hincapié. Al contrario de la opinión generalizada, los intelectuales no desempeñaron como tales un papel relevante en la dirección del Partido hasta que la revolución de la enseñanza sacó a la juventud capacitada para el estudio de los talleres y la llevó a las universidades, que pasaron a ser el camino de acceso a la política y a trabajos mejores (y no sólo a los partidos comunistas)."
http://elblocdejotao.blogspot. com.es/2016/07/ser-comunista- preparats-per-ser.html
Éste formó a los futuros líderes nacionales del sindicalismo británico y, por supuesto, se proveyó de gente de clase obrera bien preparada para sus cuadros, circunstancia en la que un partido conscientemente "proletario" hacía hincapié. Al contrario de la opinión generalizada, los intelectuales no desempeñaron como tales un papel relevante en la dirección del Partido hasta que la revolución de la enseñanza sacó a la juventud capacitada para el estudio de los talleres y la llevó a las universidades, que pasaron a ser el camino de acceso a la política y a trabajos mejores (y no sólo a los partidos comunistas)."
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