diumenge, 26 d’agost del 2018

LA MENTIRA OBAMA. HACER LO CONTRARIO DE LO QUE SE PROMETE

El viernes, 24 de agosto, José Mujica recibió el premio 'Abogados de Atocha 2018', de manos del secretario general de CCOO, Unai Sordo. El maestro y sabio, ex guerrillero y expresidente de Uruguay, resumió así su mensaje:  "El hombre necesita esperanza para caminar". Se definició a sí mismo como un guerrillero de eso...., de la esperanza.

Ese ánimo se nos congeló al ver la llegada del multimillonario Donald Trump a la máxima instancia del gobierno del Imperio, de los EEUU. Parece que con Trump, "todo tiempo pasado fue mejor". O así lo parece. Como dice Monereo, ahora la oligarquía cesaba de delegar a través de lobbys para ejercer directamente el mando político, a favor de sus intereses oligárquicos. TRUMP se enfrentaba al cínismo más miserable del dúo Clinton (Bill-Hillary). No soy capaz de imaginarme los sapos que debió tragarse Bernie Sanders para renunciar a dar la batalla y ceder ante la belicosa Hillary Rothman. Muchos analistas consideran que Sanders hubiera podido ganarle a Trump. Política ficción en cualquier caso.

Ese mismo viernes, 24 de agosto he finalizado la lectura de un libro que tenía pendiente desde hace meses, y que se ha convertido, junto a otro del mismo autor, en fuentes de consulta obligada, para tener siempre a mano. Autor: Josep Fontana. POR EL BIEN DEL IMPERIO, y  EL SIGLO DE LA REVOLUCIÓN (2017). De éste último extraigo algunos pasajes que pueden ayudar, precisamente a eso: a alimentar la esperanza de la que habla Pepe Mujica, teniendo en cuenta, precisamente, el pesimismo de la razón, a tener una visión del contexto mundial en el que nos movemos.

El miedo a que la llegada al poder de Trump pusiera en peligro los frágiles mecanismos que mantienen en funcionamiento el sistema explica el apoyo entusiasta que Hillary Clinton recibió de los pilares de la sociedad, que llegaron a convencerse de que tenía asegurada la victoria. El triunfo de Trump en las elecciones del 8 de noviembre de 2016 causó la estupefacción de las élites.  La reacción inmediata de pánico de las bolsas tardó poco, sin embargo, en transformarse en un optimista ascenso de las cotizaciones, al darse cuenta de que las medidas que proponía Trump mejorarían con toda seguridad los beneficios de las grandes compañías.

¿Qué representa en realidad Trump como alternativa al neoliberalismo de Obama?

Su plan no responde a un proyecto coherente, sino que contiene tan sólo medidas aisladas como la expulsión de millones de inmigrantes indocumentados (algo parecido a lo que Obama ha hecho durante su mandato ), el rechazo del "Obamacare", el nombramiento de jueces reaccionarios para el Tribunal supremo, el abandono del programa de la ONU contra el cambio climático, facilidades para la industria del petróleo, etc... A ello se añadían, en sus discursos, unos planteamientos económicos que combinaban los recortes de impuestos con grandes inversiones en infraestructuras.

Sus ideas sobre política exterior parecen articularse en torno a la oposición conjunta a las alianzas y a la globalización. Lo de las alianzas, que expresa su rechazo a seguir manteniendo los altos costes de la OTAN y de las operaciones militares en el exterior, podía crearle un conflicto con los grupos intervencionistas, asociados a los organismos de seguridad (FBI, CIA y NSA) y al Pentágono, que se preparaban para desarrollar una política más agresiva bajo la protección de Hillary Clinton.
Lo que cabe esperar de Trump es una política encaminada a favorecer el predominio de los intereses empresariales, recortando a la vez las obligaciones de los de arriba y los derechos de los de abajo.

Da la impresión que con Trump se ha blanqueado la gestión del presidente Barack Obama.  ¿Quién no añora la campaña del "YES, WE CAN"? ¿Quién no se deslumbró por su belleza, la elegancia de sus discursos? ¿Quién no sucumbió a la seducción de sus palabras? ¿Quién no deseó, desde la distancia europea, que saliera adelante su reforma sanitaria, la realización política más positiva de su carrera? ¿Quién desconfió que, no por ser negro, no dejaba por ello de pertenecer a la burguesía de su país? Él nunca se definió como un presidente negro, sino a-me-ri-ca-no, y ya sabemos quién posee los títulos de propiedad de ese calificativo.
Lo que convirtió a Obama en un caso único entre los presidentes norteamericanos es que no sólo no cumplió lo que había prometido, sino que acabó realizando precisamente lo contrario. El entusiasmo con que se entregó a la tarea de mantener las guerras pendientes y de iniciar otras, a la vez que a multiplicar el arsenal atómico, obligan a considerar su gestión como una gran mentira. En dos ámbitos muy importantes: en el de la paz mundial y en el del impulso de una globalización que aumenta las desigualdades en favor de las grandes transnacionales.
En cuanto a su política económica, Barack Obama traicionó la confianza que habían puesto en él los sindicalistas de AFL-CIO, que tuvieron un papel importante en su elección. Además, nombró nuevos miembros de su equipo económico que eran netamente favorables al mundo de los negocios. La consecuencia fue que durante su mandato aumentaron las desigualdades y los niveles de pobreza.

En el terreno de las relaciones económicas inernacionales trató de suplir la desacreditada gestión de la Organización Mundial del Comercio por un nuevo sistema de acuerdos multilaterales en amplias áreas geográficas, como el TPP (Trans-Pacífic Partnership): un supuesto pacto de libre comercio entre doce países del Pacífico, del que Joseph Stiglitz opina que és "el peor en décadas" y que pone en peligro "las reglas sobre el medio ambiente, la seguridad y la salud" en provecho de los grupos de presión empresariales.

En cuanto a la guerra, el hombre que, siendo senador, se había opuesto a la de Irak, denunciando que iba a servir para inflamar los peores impulsos del extremismo islámico, conservó como secretario de Defensa a R. Gates, que lo había sido con Bush.
El 20 de septiembre de 2016 Obama hacía ante las Naciones Unidas su discurso de despedida: un intento de limpiar su imagen que revelaba, según algunos, "al presidente que pudo haber sido, y que muchos esperaban que fuese", pero que no pasaba de señalar los males existentes, sin proponer ninguna soluciòn practicable

América Latina y Oriente Próximo

Durante la primera década del siglo XXI se produjo un giro a la izquierda de los países del sur, en lo que se ha llamado su "segunda independencia"....
Ese giro a la izquierda se apoyó en el crecimiento economico iniciado hacia el año 2000, como consecuencia de los beneficios que producían los altos precios de las materias primas, incentivados por la demanda de una China en una fase de rápido despegue.... Pero la caída de los precios de las materias primas, a las que se sumó seguidamente el desplome de los del petróleo, tuvo efectos devastadores en estos países...
El sucesor de Bush, Barack Obama, aprovecharía la recesión económica para emprender la reconquista y reintegrar América Latina al redil del imperio.
Obama siguió fielmente la tradición de sus predecesores en su "patio trasero", con la práctica de acciones subterráneas encaminadas a recuperar un dominio que se había visto amenazado por el giro a la izquierda de estos países, para lo cual utilizó los métodos tradicionales: el uso de la propaganda, la manipulación de los media; el soborno y la corrupción de políticos, generales, policías, dirigentes sindicales y periodistas; los golpes de estado parlamentarios; la estrangulación económica; el descrédito de líderes elegidos democráticamente; la criminalización de la izquierda y el uso de escuadras de la muerte para silenciar y eliminar a los que luchan en favor de los pobres. "Un viejo y sucio juego" (C. Hedges).
La reconquista comenzó con el derrocamiento del presidente de Honduras, Manuel Zelaya, que negociaba con las comunidades campesinas una reforma que les garantizase la propiedad de las tierras que cultivaban. Zelaya fue derribado en junio de 2009 por un golpe militar que recibió todo el apoyo de Hillary Clinton, su secretaria de Estado. El nuevo presidente, el golpista Porfirio Lobo aprobó toda una serie de leyes destinadas a facilitar a las empresas internacionales la explotación de plantaciones, minas y recursos naturales, prescindiendo por completo de los derechos de los campesinos.. A eso se le añadió un marco de violencia extrema, con asesinatos de periodistas, dirigentes campesinos y sindicalistas, destitución de jueces, arrestos en masa, palizas y torturas. El asesinato de Berta Cáceres, una dirigente del Consejo de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras, que había recibido el Premio Goldman, el "Nobel verde", por su labor en la defensa del medio natural, ilustra la naturaleza del régimen tutelado por los EEUU de Barack Obama.
El paso siguiente fue, en 2013, la caída del obispo presidente Fernando Lugo en Paraguay, que presentó la vuelta al poder de los terratenientes.

Otra intervención aprobada por Obama, a través de su secretario de Estado, John Kerry, fue en Brasil, con el apoyo explícito a los golpistas contra la presidenta Dilma Rousseff.

Con Obama, la guerra que inició el presidente  que George W. Bush (Bush hijo) contra los países del "eje del mal", se transformó en una renovación de la guerra fría, por una parte, y por otra, en una guerra universal contra el islam

Es cierto que la "guerra contra el terror" de Bush y Cheney era difícil de frenar si no quería verse acusado de debilitar la defensa contra el terrorismo. Pero un nuevo atentado en un avión de pasajeros que volaba de Amsterdam a Detroit el 25 de diciembre de 2009, supuso un viraje de ciento ochenta grados. Obama comenzó a hacer concesiones. La Patriot Act fue parcialmente prorrogada en mayo de 2011 por cuatro años, y en 2015, al expirar, se renovaron algunas de sus provisiones para 2019. Se mantuvo, con pocas modificaciones, la detención indefinida de sospechosos, se conservaron las misiones militares secretas y hubo que renunciar a castigar las torturas de la CIA, a la vez que fracasaba en su promesa de cerrar Guantánamo....

En politica exterior contribuyó a liquidar los movimientos de la "primavera árabe" . La "primavera" acabó en todas partes aplastada por el islamismo radical, con la tolerancia de EEUU, que condenaba verbalmente los excesos, pero proporcionaba armas a quienes los cometían, como lo demuestran su colaboración con Arabia Saudí en la infame guerra del Yemen, o su conducta en el caso de Egipto, donde ayudó a que fuera derribado Muhammad Morsi, de la Hermandad musulmana, y substituirlo por un militar, el  general Abdel Fattah al-Sisi, que se hizo elegir presidente en 2014, y mantuvo desde entonces un régimen de terror, auxiliado por Obama con tolerancia y armamento, que llevó al país a un desastre económico. 
El peor de sus errores en este campo fue, según confesó el propio presidente, su participación en la operación contra Gadafi en 2011, que se realizó por iniciativa de Francia y Gran Bretaña, quienes consiguieron convertirla en una operación de la OTAN, aprobada por las Naciones Unidas. EEUU le dio apoyo, de acuerdo con la recomendación de la secretaria de Estado, Hillary Clinton, y el resultado fue un desastre, ya que, en lugar de conseguir que se instalase en Libia un gobierno estable, dio pie a que se produjera la desintegración del país, dominado por una multitud de milicias islamistas independientes, mientras las armas de sus arsenales se dispersaban para alimentar el terrorismo en el Próximo oriente y en Áfrrica.

La guerra permanente

Contra lo que había prometido, Obama se dedicó a hacer la guerra, pero la hacía de un modo distinto al de los dos Bush, padre e hijo, sin desplazar grandes cantidades de soldados americanos a escenarios remotos. La nueva fórmula consistió en combinar la actuación rápida de cuerpos de operaciones especiales que actúan desde bases dispersas por todo el mundo, con el uso de tropas locales entrenadas por instructores norteamericanos y con el empleo de formas diversas de actividad clandestina, como los ataques aéreos efectuados mediante drones, sin abandonar la práctica habitual de los bombardeos de saturación ("carpet bombing").
Los drones fueron "el arma preferida del presidente", usados para perseguir y matar a quienes el gobierno de EEUU-Obama consideró dignos de "ejecución"

La realidad es que ninguna de las dos guerras que estaban en curso cuando Obama llegó al poder se ha resuelto. Irak siguió sin un gobierno. Y en Afganistán la situación ha empeorado.

Por otra parte, Obama construyó más armamento nuclear que ningún presidente anterior y puso en marcha un programa de un billón de dólares para desarrollar en los próximos años nuevos tipos de armas más destructivas.
La implicación de Estados Unidos en el Oriente próximo se ha transformado en una secuencia de guerras sin fin,

Una nueva guerra fría contra Rusia y China

El rasgo más inquietante de la política exterior norteamericana al final de la gestión de Obama era la renovación de la guerra fría. La política de acoso a Rusia comenzó en 1998 con la decisión del senado norteamericano de extender la OTAN hacia las fronteras de Rusia. Primero en Georgia en 2003; después en Ucrania en 2014... Obama llevó el acoso al extremo, aliándose con los gobiernos más reaccionarios del este de Europa para crear una especie de cerco armado a Rusia, dotándolo de instalaciones de misiles, armas pesadas y vehículos pesados. Se volvía, de nuevo a la retórica de que Rusia significaba una amenaza para la seguridad de EEUU.... Está obligando a Rusia, que se sabe más débil, a modernizar y desarrollar su armamento nuclear, como una garantía de su seguridad , como ya sucedió en la primera guerra fría.

Pero el enfrentamiento no es solamente contra Rusia, sino también contra China. También la relación de EEUU con China se desarrolla de acuerdo con las reglas de la guerra fría, como lo muestra la actuación de la flota norteamericana para dificultar la expansión de Beijing por el mar del Sur de China, que constituye una vía marítima vital para su aprovisionamiento, o la instalación de bases de misiles que pueden alcanzar China en menos de una hora.
Los aliados de EEUU en esta política de confrontación con China son esencialmente Japón, India y Australia, con quienes en 2015 realizaron los norteamericanos unas maniobras militares secretas en gran escala. Su objetivo: desarrollar un plan para bloquear las rutas marítimas que usa China.

Uno de los móviles de la hostilidad norteamericana es el deseo de frenar la evasión de Rusia y de China del control económico ejercido por EEUU a través del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial. Es lo que algunos han denominado "una nueva guerra fría financiera global", en que el Fondo Monetario Internacional (FMI) se ha dedicado a cambiar las reglas para aislar financieramente a Rusia y a China, o la campaña organizada por Estados Unidos para implantar el TPP, una iniciativa que Obama impulsa decididamente.
Parece claro que ni Rusia ni China tienen la voluntad de enfrentarse a EEUU, ni la capacidad para hacerlo; pero lo que sí pueden hacer es erosionar la hegemonía económica mundial que el imperio americano ha ejercido desde 1945 y expulsar a EEUU de Euroasia.

La cooperación entre China y Rusia ha adquirido una considerable importancia.  En 1996 arrancó la creación de la Organizaciónde Cooperación de Shanghái integrada pro China, Rusia, Kazajstán, Kirguistán, Tayikistán y Uzbekistán, a la que se han incorpporado a partir de 2016 Pakistán e India. El conjunto de sus miembros y de los estados observadores representan la mitad de la población del mundo.
El presidente chino Xi Jinping, presentó un plan para la creación de "un cinturón y una ruta", un proyecto que aspira a promover una expansión económica en Euroasia a través del "cinturón económico de la ruta de la seda" y de la "ruta de la seda marítima", sobre la base de la colaboración internacional. Para ello se requiere un considerable desarrollo de las infraestructuras, que ha sido el objetivo por el que se creó en 2015 un Banco asiático de inversión e infraestructuras, al que se unieron inicialmente 57 países, con participantes como Gran Bretaña, que desempeñaba una de las cinco vicepresidencias, Brasil, Francia o Alemania (sólo Estados Unidos y Japón prefirieron quedar fuera).
Estas rutas "enlazarán China con el resto de Asia, África y finalmente Europa". Desarrollando carreteras, ferrocarriles, puertos y oleoductos. China aspira a crear "una comunidad que comparte intereses comunes". Un proyecto de desarrollo basado en la cooperación, que no tiene nada que ver con el que el imperio (EEUU) ha desarrollado a través del Fondo Monetario Internacional (FMI) y de las instituciones reguladoras del comercio internacional,o con el que Obama trataba de instaurar con los grandes acuerdos internacionales del TPP, y de su versión paralela para Europa (TTIP), cuyo objetivo final era poner el control del comercio y del crecimiento en manos de las grandes empresas transnacionales. Que estos dos modelos son incompatibles es evidente, como lo es que en esta incompatibilidad reside una de de las razones que pueden alimentar una nueva guerra fría.

Cap comentari :

Publica un comentari a l'entrada